Como es habitual, Castrelo de Miño celebró la última prueba del año corriendo. En la localidad de O Ribeiro se celebró su XVII San Silvestre, una prueba solidaria participativa.

Esta prueba acaricia su mayoría de edad. El Parque Náutico fue el punto de encuentro que contó con la presencia de 550 atletas en todas las categorías. La baloncestista Noelia Cacheiro fue la encargada de dar la salida a los participantes.

La prueba tenía un recorrido de 8 kilómetros. En la categoría absoluta tres atletas en los primeros compases de la carrera se colocaron por delante, Rubén Diz (Gimnástica de Pontevedra), Iván Docampo (Lamarga) y el carballinés Luis Iglesias Raña (Ryt Trail). En los últimos metros se impuso Diz, que hizo un tiempo de 26.04.73. El segundo fue Iván Docampo con 26:09.93. Luis Iglesias Raña paró el crono en 26:52.61. A continuación llegaron Elpidio Gómez (Adas Baco) e Ismael Lago, de Porriño. En esta categoría participaron alrededor de 300 atletas.

En la categoría femenina, con una buena participación, en los primeros kilómetros la carrera fue muy igualada, pero a partir del kilómetro seis tres atletas comenzaron a distanciarse del resto de las participantes: Iria Fernández (Comesaña), Ana Belén Losada y María Pérez Ferreiro. En los últimos metros de la prueba fue Iria Fernández la que logró alcanzar la primera posición por delante con un crono de 32.32.86, la segunda plaza fue para Losada con un crono de 32:47.66 y la tercera plaza para María con 32:51.91. Vicky Losada fue la cuarta clasificada.

En las categorías inferiores en hombres el vencedor fue Martín Pérez, seguido de Xosé Paz y David Álvarez y en mujeres Paula Grande, seguida de Marta Fernández y Sandra Pérez. Todos los participantes colaboraron con la operación kilo con alimentos.

Los participantes recibieron una camiseta de regalo, y además de los premios para los mejores hubo chocolate y bizcocho para todos.

También se celebró A Derradeira de Allariz con una excelente participación. Organizaba la Concejalía de Deportes de Allariz con objeto de recoger alimentos no perecederos para ser donados a Cáritas de Allariz y repartirlos posteriormente entre las familias necesitadas de la zona. Al final de las diferentes pruebas todos los atletas pudieron saborear chocolate.