El 11 de junio pasado el Celta anunció por sorpresa la compra de Iago Aspas al Sevilla por unos 5 millones de euros, el mayor desembolso realizado por el club en una década. Carlos Mouriño se rascaba el bolsillo para recuperar al favorito de la afición celeste, el temperamental y talentoso chico de la cantera que salvó al Celta del abismo de la Segunda B, lideró su regreso a Primera División y contribuyó con sus goles a la permanencia del equipo en la máxima categoría antes de dejar 9 millones en caja para emprender una nueva aventura profesional en el Liverpool.
El hijo pródigo regresaba a casa tras un infructuoso paso por el legendario club inglés, donde prebostes como Luis Suárez, Daniel Sturridge y el emergente Rahem Sterling le cerraron el camino de la cancha y otro improductivo año en el Sevilla, donde no encontró sintonía con el técnico, Unai Emery, que lo relegó a un segundo plano. Pero el Iago que volvía no era ya aquel chaval de la cantera al que Eusebio recurrió para sacar las castañas del fuego al Celta frente al Alavés ni el talentoso delantero que llevó y sostuvo luego al cuadro celeste en Primera. Aspas regresaba a Vigo como fichaje estrella, con la obligación de liderar el gol a un Celta ya consolidado en la máxima categoría que, de la mano primero de Luis Enrique Martínez y más tarde de Eduardo Berizzo, se había labrado en dos solventes campañas una sólida reputación de equipo con gusto por el fútbol ofensivo bajo el liderazgo de jugadores como Fabián Orellana, Rafinha, Augusto Fernández, Krohn-Dehli o Nolito.
El listón estaba alto para Aspas, que sin embargo ha respondido al desafío de liderar el gol en el Celta con naturalidad, perseverancia y una buena dosis del desparpajo que siempre le ha caracterizado. Berizzo le entregó los galones desde el primer momento frente a otras apuestas emergentes como el sueco John Guidetti, otro de los refuerzos estivales, y Iago ha respondido con goles desde el primer partido de Liga, anotando el que dio la victoria al Celta ante el Levante en el Ciutat de Valencia.
Aunque durante algunos meses, Aspas se repartió la responsabilidad del gol en el Celta con Nolito, que le ha llevado durante algunos meses la delantera, el moañés es desde la reciente eliminatoria copera ante el Almería el máximo goleador del conjunto celeste. El delantero centro del Celta suma, con el anotado el pasado domingo al Granada, ocho dianas en la competición regular, las mismas que el artista sanluqueño, que cayó lesionado justamente antes de disputarse este partido. El morracense agrega a este botín otros dos tantos en la Copa del Rey, donde es también el máximo artillero, con los que el Celta encarriló el pase a los octavos de final del torneo.
A estos diez goles suma el morracense dos asistencias, un capítulo ofensivo que en el Celta continúa liderando, con cinco, Nolito y que en el equipo es un bien compartido, pues defensas como Hugo Mallo o Jonny suman tres cada uno y Orellana lleva otras dos dentro de un amplio reparto.
Si Nolito lidera el gol en Balaídos, Iago Aspas presume de ser el sostén goleador del equipo vigués lejos de su feudo. El moañés ha firmado de hecho cinco de sus ocho tantos a domicilio: uno en el Ciutat de Valencia, donde el Celta superó por 2-1 al Levante; otro al Eibar, que significó el empate en Ipurua; y dos a la Real Sociedad que permitieron al Celta llevarse de Anoeta tres puntos en el últimos suspiro con un tercer tanto, sobre la bocina, del tucumano Pablo Hernández.
El artillero morracense es autor también de tres dobletes esta temporada con el Celta. Anotó por pares en la goleada endosada en Balaídos al Barcelona, hizo otros dos en Anoeta y marcó dos de los tres tantos que dejaron encarrilada la eliminatoria de Copa en el Estadio de los Juegos Mediterráneos ante el Almería.
A tres jornadas para el final de la segunda vuelta, parece bien claro que Aspas va a superar holgadamente los 12 tantos anotados en el curso 2012-13 en su primera temporada en Primera División, aunque seguramente esté lejos de los 25 (23 en Liga y 2 en Copa) que llevaron al Celta a la máxima categoría un año antes.
En todo caso, con el tanto anotado en la última jornada de Los Cármenes, Iago Aspas suma ya 60 tantos en la zamarra celeste desde que irrumpió en la vida del primer equipo con el inolvidable doblete que salvó al Celta de la catástrofe contra el Alavés. El reparto es el siguiente: 34 en Segunda División, 20 en Primera y 6 en la Copa del Rey.
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Autor del mejor gol de la jornada 15
- Iago Aspas no solamente ha sido un goleador extraordinariamente productivo desde que se enroló en la disciplina celeste cuando apenas levantaba un par de palmos de suelo. El moañés rara vez marca un gol feo.Uno de los de más bella factura lo hizo Aspas recientemente en Balaídos, concretamente el que supuso el triunfo del Celta ante el Espanyol. Una obra maestra que ayer fue designada por la Liga de Fútbol Profesional (LFP) como el mejor gol de la decimoquinta jornada de Liga.Con un 57 por ciento de los votos, el jugador del Celta batió en las preferencias de los internautas del portal oficial de la Liga al azulgrana Lionel Messi, que se llevó el 18 por ciento de los votos, al delantero francés del Atlético de Madrid, que obtuvo el 17 por ciento, al deportivista Álex Bergantiños, que sumó el 5 por ciento, al también azulgrana Iván Rakitic (2 por ciento) y al exéltico del Málaga Charles (1 por ciento). El gol, una maravillosa vaselina precedida por un robo de balón y un quiebro a tres contrarios, tuvo además un significado especial para Aspas, que se lo dedicó a su novia, Jenny, embarazada de tres meses.
