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Victoria del Celta

El Celta se agiganta en la adversidad

El equipo vigués se sobrepone a las bajas en defensa y supera un atropello arbitral con un impecable triunfo en inferioridad

Sergio Álvarez celebra el triunfo sobre el Espanyol mientras Daniel Wass,Gustavo Cabral y John Guidetti abandonan el terreno de juego. // Marta G. Brea

Al más puro estilo del gran Helenio Herrera, jugando mejor con diez, solventó el Celta un partido repleto de adversidades que el equipo vigués superó, una tras otra, sin inmutarse, hasta conseguir tres puntos de alto valor estratégico para consolidar su posición de privilegio. Se sobrepuso el grupo de Berizzo a la complicación de tener que improvisar una defensa de circunstancias, quebró el tedio del partido con una maravilla de Iago Aspas y se sobrepuso en inferioridad numérica al infamante arbitraje de Fernández Borbalán para acabar noqueando al Espanyol con un imaginativo ejercicio colectivo de ambición futbolística. Un triunfo redondo, alicatado con versatilidad y sacrificio, pero sobre todo con un sexto sentido para responder eficazmente a todos los desafíos que le fue planteando el partido.

aspas rompe el tedio

Poco o nada hubo en el choque hasta que Aspas le insufló vida con una obra maestra. El moañés cambió a tres minutos del descanso la anodina batalla en que los dos equipos se habían enzarzado en el medio campo, sin emoción ni ritmo, agónico para alcanzar las áreas. El Celta no tiró por primera vez a puerta hasta el minuto 27 (un disparo de Bongonda excesivamente cruzado) y el Espanyol, rival siempre pegajoso, ni siquiera se asomó a los dominios de Sergio hasta que Víctor Álvarez falló en boca de gol un buen centro de Fuentes y Sergio sacó luego, con una parada excelente, un cabezazo envenenado de Álvaro. Desatadas las hostilidades, el Celta replicó con una contra vertical, resuelta con apenas tres toques entre Orellana, Wass y Bongonda seguida de un manso disparo de Nolito a las manos de Pau López, el portero perico.

Amagos en el cortejo del gol que por fin dieron resultado cuando Aspas, guisándoselo y comiéndoselo él mismo, robó un balón en tres cuartos de cancha, encaró a tres defensas, quebró la cintura a Álvaro, alzó la vista y, de cuchara, con un golpeo enérgico a la vez que sutil, venció por alto al portero. Una pequeña obra de arte que dio vida (y de qué modo) a un primer tiempo francamente aburrido en el que el Celta pudo dejar el choque visto para sentencia de no haber anulado Fernández Borbalán, sobre la bocina, un gol perfectamente legal a Bongonda.

atropello arbitral

Nada más reanudarse el choque el Celta recibió un inesperado golpe con la abusiva expulsión del Tucu Hernández. El chileno, amonestado de forma arbitraria en el primer tiempo por una falta en la que solo buscaba protegerse, recibió la segunda amarilla en el minuto 47 al golpear involuntariamente con un codo a un rival en un salto y, emulando a James Bond, Fernández Borbalán, sin alterarse le descerrajó en la sien una tarjeta roja. Y el campo parecía inclinarse hacia la portería de Sergio cuando, se le dio al Celta por rendir homenaje a Helenio Herrera.

festival en inferioridad

Fue el mítico extécnico del Barcelona y el Inter de Milán, inventor del catenaccio, el que acuñó la famosa frase de que al fútbol se juega mejor con diez que con once. La célebre sentencia de Herrera, rara vez se cumple, pero el Celta se empecinó ayer hacerla realidad. Acaso por la frustración de verse atropellado, el equipo vigués desplegó tras la expulsión de Hernández quince minutos mágicos en los que estrelló dos balones en la madera (Aspas sacó primero astillas al travesaño y Bongonda le envió poco después al poste otro remate con marchamo de gol) y generaron un ingente caudal de peligro que no tuvo premio.

lesión y astucia de nolito

El hermoso despliegue futbolísitco del Celta se vio truncando ya hacia el final con la lesión de Nolito, que se rompió el muslo en un esforzado sprint. El alcance de la lesión se conocerá mañana y, aunque no parece grave, todo apunta a que se perderá el próximo partido. El sanluqueño debió intuirlo, pues antes de abandonar el campo se las arregló para forzar una quinta tarjeta amarilla.

cambios bien gestionados

Berizzo se desquitó ayer de sus errores en el último partido en cancha perica con una impecable gestión de los cambios, que fueron atinados y se produjeron en el momento justo, de acuerdo con lo que en cada momento requería el partido, primero para fortalecer el control del juego en el medio campo con Borja Fernández relevando a un Bongonda cada día más enchufado; luego con la entrada de Guidetti para relevar a un Iago Aspas que acabó desfondado; y finalmente para resolver la lesión de Nolito dando la alternativa a Pape, una de las perlas de la cantera, que no desentonó cuando el Espanyol aprovechó la fatiga de los celestes para echar el resto en busca de un empate que no llegó ni mereció.

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