El Real Madrid consiguió una victoria mucho más trabada y complicada ante el Ucam Murcia que lo que indica el marcador final, 101-80, debido a que jugó con la cabeza puesta en el viernes y en Múnich donde se juega su supervivencia en la competición europea.

El Madrid jugó a tirones, a golpe de necesidad, en los dos primeros cuartos. Las ausencias de Rudy Fernández, Andrés Nocioni y Trey Thompkins, que estaba en el banquillo, unido a que lo importante ahora es la clasificación para la siguiente fase en la Euroliga, hizo que el juego local careciese de demasiado entusiasmo.

Con acelerones y frenazos, con las defensas de puente como atestigua el parcial del cuarto, 29-24, se llegó al descanso con el Real Madrid en ventaja por 51-43 y con Jeffery Taylor aprovechando sus minutos para ser el máximo anotador de su equipo con 11 puntos y buenos porcentajes de tiro.

El 56-45 (min. 22) pareció sentenciar la suerte del partido, pero el Madrid tuvo una pájara considerable y aceptó un parcial de 0-12 en apenas tres minutos, 56-57, lo que volvió a abrir el partido para un Murcia que ante la inacción del rival comenzaba a creer en sus posibilidades.

Pese a tener la cabeza en Múnich, un poquito de interés junto a una defensa en zona y algo de contraataque consiguieron devolver el parcial con un 14-0 en dos minutos y medio de juego, pasando del 58-61 al 72-61 a un minuto para la conclusión del tercer periodo, 77-66.

En los minutos definitivos el Madrid no quiso especular más ni volverse a subir en otro tobogán.