El copiloto vigués Álvaro Vila pudo certificar, tras la disputa de la última cita del calendario gallego en la Ribeira Sacra, su primer título autonómico tras finalizar en la primera posición del grupo N, junto al piloto de Muros Juan Lojo.

Un total de 22 puntos de ventaja le permitieron proclamarse campeones gallegos pese a no competir en la cita ourensana. "No competimos en la Ribeira Sacra por motivos personales". Así, la jornada transcurrió entre nervios y cálculos. "El título estaba en el aire porque no dependíamos de nosotros mismos. Llevábamos ventaja en la clasificación y estaba fácil, pero no asegurado", comenta Álvaro Vila, aliviado tras saberse, al fin, campeón gallego del grupo N.

La autoridad con la que han mandado en esta primera temporada juntos Vila y Lojo ha sido patente. Ganaron todas las pruebas disputadas del calendario salvo la de San Froilán, donde fueron terceros y donde compitieron con un Suzuki cedido por Edgar Vigo. Y eso que no participaron ni en la última prueba de la Ribeira Sacra ni en las dos pruebas del verano del Surco ni de A Coruña. Llegaron a ese parón con un colchón de casi 400 puntos de ventaja. "El dominio fue total. El coche ha rendido al 200 por cien y no hemos tenido ni una sola incidencia mecánica en toda la temporada", dice el vigués, que se muestra "muy satisfecho" por cómo ha ido su primera temporada a la derecha de Juan Lojo. "Se han cumplido todas las expectativas en estre primer año como equipo. Hemos pulido el coche al 80 por ciento y aún hay mucho margen de mejora", indica. Al final, tras la última prueba, fueron sólo 22 los puntos de ventaja con los que finalizaron el campeonato con respecto al segundo clasificado, suficientes para rubricar el título. Ahora ya piensan en el futuro. Si el presupuesto lo permiten no descartan dar el salto al grupo A y "meterse en la pelea con los más grandes".