El primer paso para solucionar un problema es reconocer su existencia. Y eso precisamente hizo ayer Augusto Fernández para referirse al bache de juego que afecta al Celta en el último mes de competición, acentuado tras la derrota sufrida el pasado sábado en Riazor. El capitán celeste admitió la urgente necesidad de que el equipo se reactive con una victoria y apuntó al estadio de Balaídos, escenario del próximo duelo frente al Sporting de Gijón, como catalizador de la reacción. "Es el momento para salir de esta rachita, reencontrarnos con nuestro mejor juego y, de esa manera, darle una alegría a nuestra afición, con lo importante que es siempre hacerse fuertes en casa. Estamos en búsqueda de eso", explicó ayer en rueda de prensa el centrocampista argentino. Y remachó: "El sábado saldremos a ganar y a imponer nuestra idea, como hacemos siempre".

Aunque el Celta ha perdido tres de los últimos cuatro partidos que ha disputado, Augusto puso especial empeño en no magnificar el problema pero tampoco en pasarlo por alto. "No hay que darle tanto dramatismo ni tampoco relativizar nada. Porque vayamos cuartos o quintos no le vamos a restar importancia a este mal momento que estamos atravesando. Hay que ser autocríticos, saber que tenemos que mejorar y lo vamos a conseguir", destacó el capitán celeste, que consideró que el bajo pico de forma que atraviesa el Celta entra dentro de la normal en un equipo de fútbol. "La temporada es larga y esto no solo nos pasa a nosotros, sino a todos los equipos. No se trata de lamentarse. Hay que asimilar los golpes lo más rápido posible y levantar los niveles individuales para que se vea reflejado en el equipo", apuntó.

A pesar de que el Celta apenas ha sumado en casa ocho de los 21 puntos que adornan su casillero y el grupo de Berizzo no gana en Balaídos desde su goleada al Barcelona (4-1) el pasado 27 de septiembre, Augusto destacó la unidad del plantel y cuenta también con el respaldo unánime de la afición para revertir la situación. "Estamos unidos y cuando un equipo está unido a su afición las cosas siempre salen a flote", aseguró.

El capitán del Celta espera, en este sentido, que el duelo del sábado ante el Sporting de Gijón sea el punto de inflexión para la reacción celeste. "Mientras más se alargue la racha el partido siguiente siempre es el que no puedes perder", analizó Augusto. "Se trata de tener madurez y equilibrio emocional para superar cualquier momento porque la Liga es muy larga y no siempre van a ser buenos momentos. Si el Real Madrid y el Barcelona pasan malos momentos, ¿cómo no los vamos a pasar nosotros?", se preguntó.

A pesar de haber perdido tres de los cuatro últimos partidos disputados, el centrocampista argentino no teme que el equipo repita la mala racha del pasado curso, cuando el Celta estuvo diez jornadas sin ganar con un mísero balance de 2 puntos de 30 posibles. "Más que del año pasado tenemos que aprender de lo que nos pasó el sábado [en Riazor] y la semana que viene trataremos de aprender de lo que nos pase el sábado que viene. No hay temores de nada y sí muchas ganas de recuperarnos. Y lo vamos hacer porque somos un equipo unido y que trabaja duro", sostuvo Augusto, que tiene su propio antídoto para volver a la senda del triunfo: "No conozco otra forma que no sea trabajar y esforzarse el doble, así que la vista ya esta puesta en el partido del sábado e intentar salir del bache lo más rápido posible".

A la hora de analizar el bache de juego, el primera capitán del Celta explicó que la merma en las prestaciones individuales ha lastrado el rendimiento colectivo. "Somos un equipo en el que nos potenciamos el uno al otro. Si sufrimos una merma colectiva es porque las individualidades también la han sufrido", apuntó Augusto, que achacó el preocupante incremento en el número de goles que ha recibido el Celta (doce en los últimos cuatro partidos) a desajustes colectivos en la presión al rival. "Tanto ofensiva como defensivamente dependemos todos de todos. Necesitamos que la presión se ajuste desde arriba, se siga ajustando en el medio y llegue lo más sucia posible a nuestro campo. La solidez defensiva la tenemos que recuperar entre todos. Cuando uno sabe dónde esta el problema es más fácil resolverlo", expuso el centrocampista, que reconoció que el equipo está molesto con las últimas derrotas. "Nos duele, queremos salir rápido de este pequeño bache, pero confiamos mucho en nosotros y esperamos siempre el próximo partido para poder hacerlo", aseguró.