Acaso porque la pobre imagen ofrecida el pasado sábado en Riazor confirma también en el juego una crisis de resultados que amenaza con prolongarse, el entrenador celeste, Eduardo Berizzo, dio ayer una vuelca de tuerca a la intensidad en los entrenamientos. Durante la sesión de trabajo celebrada ayer en A Madroa -la única abierta al público esta semana-, el técnico siguió muy de cerca todos los movimientos de sus futbolistas, ahora corrigiéndolos, ahora animándolos, de modo muy vehemente.

Aunque el técnico no ha iniciado aún de modo específico la preparación del duelo ante el Sporting de Gijón la plantilla celebró ayer una sesión de trabajo muy intensa después del entrenamiento de recuperación celebrado la víspera.

Berizzo, no obstante, dirigió la sesión sin algunas piezas importantes. Faltó el capitán, Augusto Fernández, que arrastra leves molestias de aductores y trabajó ayer en el gimnasio, aunque hoy mismo espera reincorporarse al trabajo con el resto del grupo. "Tengo una pequeña molestia en el aductor. Nada significativo, me empezó a molestar el sábado y se me fue cargando durante el partido. Por eso no me he entrenado estos dos últimos días pero espero reincorporarme muy pronto al grupo", explicó tras la sesión el pivote celeste. Berizzo tampoco pudo contar ayer con los lesionados Andreu Fontás y Nemanja Radoja. El defensa central se recupera de un latoso problema en el tendón de Aquiles de su pierna izquierda que le ha impedido rendir con regularidad en los últimos partidos y, aunque no está descartado para el choque del sábado, parece difícil que pueda llegar en plenitud de facultades.

Por lo que respecta a Radoja, el centrocampista serbio continúa trabajando en solitario en el gimnasio a la espera de que se concrete la fecha de la operación de la hernia inguinal que le fue detectada la pasada semana y que le mantendrá unas tres semanas de baja. Berizzo tampoco pudo contar ayer, por último, con el delantero sueco John Guidetti, que ha viajado a Suecia con permiso del club por asuntos personales.