La posibilidad de que el Mundial júnior de 2019 recale en Galicia refresca los recuerdos del primer torneo de estas características que se celebró en la comunidad. Fue el Mundial de 2019, disputado íntegramente en diferentes pabellones de Vigo, A Coruña o Chapela, que inauguró el suyo con tal ocasión. La final se jugó en Pontevedra. La Unión Soviética, dos años antes de la disolución definitiva de ese conglomerado nacional, se proclamó campeona al batir en la final a España por 23-17. Fue un torneo de extraordinario nivel. En las filas españolas militaban jugadores destinados a marcar una época: Barrufet, Urdangarín, Marín, Olalla, Masip, Garralda, Barbeito, Urdiales... Curiosamente también en las filas rivales jugaba una figura esencial para el balonmano española. Talant Dujshebaev, que se nacionalizaría en 1995, era la gran figura soviética. Tanto que en la batalla por la medalla de oro le marcó a España doce goles.