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Ocho precedentes que muestran el camino

Protagonistas celestes en Riazor explican lo especial que es ganar el derbi gallego en A Coruña y prevén un duelo "muy igualado"

Juan se abraza con Rivera tras el triunfo logrado en 1970. // FDV

"Ganar en Riazor es la leche, una satisfacción enorme. Como celtista, la sensación de ganar allí al Deportivo es lo mejor que te puede pasar". Borja Oubiña sintetiza en esta frase la importancia de ganar en el coliseo herculino, una situación que solo se ha repetido ocho veces en los treinta y dos derbis disputados en el campo del eterno rival en la máxima categoría. El Celta solo ha sido capaz de vencer en territorio de su acérrimo enemigo en un 25 por ciento de los partidos que ha disputado en Primera y, aunque ha conseguido rebañar siete empates, el Deportivo presume de haber salido victorioso en más de la mitad de los enfrentamientos, concretamente en el 53 por ciento.

Los triunfos del Celta han sido escasos, pero también memorables. Así al menos lo recuerdan algunos de sus artífices, como el propio Oubiña, el delantero Jesús Perera, el exzaguero Rafael Berges o el defensa central Manolo Rodríguez, el futbolista que más veces ha defendido la zamarra celeste y que ha pasado la historia del club con el sobrenombre de Gran Capitán.

Borja Oubiña dice que cuando uno echa la vista atrás es precisamente este tipo de partidos los que más emociona recordar. "Si me hablas de recuerdos futbolísticos, los mejores son cuando se consiguen objetivos a final de temporada y, como partidos individuales, los derbis. Hay tanta tensión y tanta emoción que el regusto que te queda al ganar en Riazor no lo cambias por nada, ni siquiera por ganarle al Deportivo en Balaídos. Ves que no estás solo, porque la afición se desplaza, es fantástico", apunta el excapitán céltico.

Oubiña no participó directamente en el triunfo de la pasada temporada, aunque sí lo hizo en las dos victorias anteriores, logradas con Fernando Vázquez, en los cursos 2006-07 (0-1, con gol de brasileño Nené) y 2005-06 (0-2, con tantos de David Silva y Jesús Pereda), respectivamente. Perera recuerda muy bien ambos partidos. "Me acuerdo perfectamente de los dos derbis que jugué en Riazor y ganamos. Aparte tuve la suerte de marcar el 0-2 que sentenciaba el partido, me acuerdo especialmente de la gente. Había más de dos mil celtistas en el campo", rememora el artillero pacense, actualmente en las filas del Mérida. Y precisa: "Nosotros prácticamente nos clasificamos para la UEFA y les dejamos a ellos sin la posibilidad de ir a Europa. Fue un año muy bueno porque veníamos de Segunda División y estuvimos a punto de entrar en la Liga de Campeones". Perera recuerda que por entonces se hablaba de lo mucho que se llevaba sin ganar en Riazor. "Se hablaba mucho de eso pero además ellos nos habían ganado en Balaídos por 3-0 en la primera vuelta y se la devolvimos", destaca.

Al año siguiente el Celta repitió triunfo con gol de Nené en un momento que nadie hubiera sospechado del posterior descenso del equipo. Pereda recuerda que aquella victoria en Riazor, junto a la que consiguieron por segundo año consecutivo en el Santiago Bernabéu, fue la única gran satisfacción de aquella temporada.

Mucho más satisfactorio, por lo inesperado, fue el triunfo logrado en 21 de diciembre de 1994 frente al Super Dépor de Arsenio Iglesias. El equipo herculino, que entonces pugnaba por la Liga con el Madrid y el Barcelona, mordió el polvo en Riazor frente al modesto Celta de Carlos Aimar, que se impuso por 2-1 con goles de Vlado Gudelj, el actual delegado del equipo, y Sebastián Losada en duelo memorable. Bebeto hizo el gol del Deportivo y Donato falló un penalti que pudo haber significado el empate en choque cargado de tensión en el que los célticos superaron en juego a un rival, sobre el papel, muy superior. "Nadie daba un duro por nosotros", apunta Rafael Berges, ex lateral izquierdo celeste. "En aquella época el Celta era un equipo humilde y el Deportivo el Super Dépor. Fue una gran triunfo y una enorme alegría, sobre todo por lo mucho que disfrutó nuestra gente. Pero es lo que tienen los derbis, que son partidos en los especiales, en los que no siempre gana el más fuertes", explica. Y remacha: "De lo que más me acuerdo es de la alegría que nos dio ganar un partido tan especial. Sabíamos que para nuestra gente era importantísimo y aquella victoria nos reforzó mucho para seguir trabajando para mantener la categoría, que en aquel momento era nuestro objetivo".

Manolo Rodríguez, el Gran Capitán, es también de los pocos que presume de haber ganado dos derbis en Riazor en Primera División, aunque fuese hace más 40 años. El defensa central vigués participó tanto en la victoria conseguida el curso 1969-70 gracias a un solitario tanto de Cesáreo Rivera, como en la lograda en la temporada 1971-72 con un gol de otro histórico delantero, Juan Fernández.

"El derbi contra el Deportivo era el no va más sigue siéndolo. Ganar en Riazor es algo muy especial, sobre todo para un jugador de la casa", comenta Manolo, que recuerda con mucha más nitidez el triunfo del año setenta que el del setenta y uno. "Me acuerdo más del gol de Rivera porque para nosotros supuso la salvación y ellos descendieron ese año. Los dos equipos nos jugábamos el ser o no ser así que fíjate tú. Encima nosotros habíamos subido ese año después de casi una década en Segunda División, así que imagínate lo importante que fue ganar aquel partido", subraya.

Bastante menos tensas fueron las dos primeras victorias del Celta en Riazor, resueltas por goleada en los cursos 1946-47 (1-4) y 1956-57 (0-3). El primer triunfo celeste en Riazor en la máxima categoría fue también en el que los célticos lograron un marcador más abultado. El Celta se impuso con goles de Bermejo, Retamar, que anotó dos y Hermidita, que cerró la cuenta.

Parecido registro logró el equipo vigués en el curso 1956-57. El Celta se llevó el clásico gallego con suma facilidad, con tantos de Mauro, el gran goleador de la época, Ares y Torres.

Mirando al presente, Oubiña, Perera, Berges y Manolo esperan "un derbi muy igualado" este sábado en Riazor. Los cuatro destacan el gran momento de juego del Celta, pero recuerdan las especiales características del choque, consideran el factor ambiental y recuerdan que el Deportivo ha mejorado considerablemente con respecto al pasado curso.

"La sensación que podía haber el año pasado de que el Celta estaba por encima no es ya tanta. El partido se ve más igualado porque el Deportivo juega en casa y este año un equipo más sólido", dice Oubiña, que destaca como factor favorable al Celta el hecho de que "que compite tan bien en casa como a domicilio".

Aunque el Deportivo "ha mejorado mucho", Perera resalta el gran juego que está haciendo el Celta y cree que tiene "más opciones de ganar el partido", mientras que Berges y Manolo consideran también que el Celta "tiene más fútbol", pero recuerdan que en este tipo de encuentros "hay que jugarlos y ganarlos" y afirman que, a la hora de hacer pronósticos, "la clasificación no suele servir de mucho".

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