"Es un partido diferente, especial por lo que significa. Tengo muchas ganas de volver a vivirlo desde dentro. Estos dos años que he estado fuera lo he vivido de otra manera y no es lo mismo", declaró Iago Aspas a la agencia Efe tras caer derrotado ante el Valencia. El moañés recordó que el equipo tiene ahora doce días por delante para preparar el choque más especial de la temporada y uno de los pocos en el que él mismo no ha tenido hasta ahora una actuación destacada. Iago lo ha hecho casi todo en el Celta, salvo ganar un clásico gallego. Rescató al equipo del descenso a Segunda B, impulsó con sus goles al conjunto celeste hacia Primera y colaboró decisivamente en la consecución de la permanencia. Fue luego venta del año y, con el tiempo, fichaje estrella pero nunca ha celebrado un gol ni saboreado una victoria en el clásico, el único partido que vive como un forofo.

La historia del derbi para Aspas ha sido, de hecho, el relato de un desencuentro desde que tuvo en tiempos de Fernando Vázquez la oportunidad de ir convocado a Riazor. La escasez de efectivos propició que el preparador santiagués lo incluyese en la convocatoria para un partido en territorio blanquiazul, pero el delantero, que entonces defendía la zamarra del Celta B, recibió la quinta tarjeta amarilla y tuvo que cumplir sanción justo cuando iba a vivir por primera vez el derbi desde dentro.

El clásico derbi lo disputó Aspas en Segunda División ya como referente goleador celeste, sin demasiada suerte, pues bajo la dirección de José Luis Oltra, los herculinos se impusieron tanto en Riazor (2-1 con un gol de Lassad en el minuto 84) como en Balaídos (2-3, resuelto en el 89 gracias a un tanto de Borja Fernández).

El delantero morracense tampoco pudo tomarse la revancha la campaña siguiente en Primera División, cuando ambos equipos volvieron a verse las caras.

El choque de Balaídos se saldó en tablas. Los celestes se adelantaron con un madrugador tanto de Mario Bermejo en el minuto 8 y el Deportivo igualó el marcador antes del descanso por mediación de Juan Domínguez. Aspas jugó 83 minutos discretos y fue sustituido en el tramo final del partido por el surcoreano Park. La rigurosa expulsión de Gustavo Cabral por doble amarilla al inicio del segundo tiempo condicionó aquel partido.

El duelo de Riazor en la segunda vuelta fue un completo desastre. Los celestes llegaban al clásico tocados aunque con la oportunidad de sentenciar a un Deportivo hundido en las catacumbas de la tabla que acababa de fichar a Fernando Vázquez en un último y desesperado intento de salvar la categoría. Pero no hubo partido porque Aspas decidió autoexpulsarse propinando, sin venir a cuento, un cabezazo a Carlos Marchena. Los celestes cayeron 3-1 (goles de Riki, Silvio y Salomao por los de casa y de Park por el Celta), dieron una inesperada vida al eterno rival y vieron seriamente comprometida la permanencia después tras perder a su goleador los cuatros siguientes partidos.

Tras probar fortuna una temporada en la Premier League con el Liverpool, Iago pudo saborear por fin, aunque levemente, un triunfo ante el Deportivo la pasada temporada con el Sevilla, concretamente en la goleada que el conjunto herculino recibió en el Sánchez Pizjuán (4-1). Claro que Aspas tampoco marcó y jugó apenas once minutos.