Lewis Hamilton (Mercedes) se daba ayer un paseo triunfal por los alrededores de la Villa Olímpica de Sochi -convertidos en circuito de Fórmula 1 a mayor gloria de Putin- que le deja a las puertas de su tercera corona mundial y segunda consecutiva con las flechas de plata. Una victoria que le servía en bandeja su compañero Nico Roberg cuando dejaba la carrera en la séptima vuelta por un problema mecánico. El alemán supo en esta ocasión aguantar el pulso a Hamilton y mantener en la arrancada la primera plaza lograda en la clasificación, pero este año todos los males que salpican a Mercedes le caen a él. En esta ocasión se le rompió el cable del acelerador.

Tras Hamilton rodaron provisionalmente en la segunda plaza Bottas, Raikkonen, Kvyat y Nasr, dependiendo del baile de los pasos por los garajes para cambiar neumáticos y de los coches de seguridad, hasta que llegaba Vettel y se hacía con la plaza en propiedad para Ferrari, logrando un undécimo podio del año el alemán con el que colocarse también segundo en la general provisional de la temporada.

La tercera plaza del cajón no se decidiría hasta la última vuelta y con un desenlace ciertamente inesperado. El mexicano Pérez guantó en la tercera posición con los neumáticos de su Force India hechos jirones hasta el giro 51 de los 53 a los que estaba programada la carrera, cuando se veía superado de golpe por el Williams de Bottas y el Ferrari de Raikkonen. Los finlandeses llevaron su pulso hasta la última vuelta, cuando Kimi intentó entrar por donde no había hueco. Lo pagaron los dos: Bottas terminó contra las protecciones y Raikkonen, echando chispas, se veía superado de nuevo por Pérez para cruzar cuarto la meta antes de ser sancionado con medio minuto que le relegaba a la octava plaza.

El rosario de abandonos registrados durante la carrera (Ericson y Hulkenberg ya en la primera vuelta; Rosberg en la séptima; Grosjean en la undécima; Carlos Sainz a dieciseis del final; Ricciardo un par de giros después y Bottas en la última) permitieron a los McLaren de Jenson Button (13.º en la parrilla de salida) y Fernando Alonso (19.º) ir ganando posiciones "piano piano" hasta finalizar en la novena y décima plaza respectivamente; lo que significaba el segundo doblete en los puntos de McLaren esta temporada tras el logrado en Hungría, donde Alonso era quinto y Button finalizaba noveno. Una pequeña alegría para el ovetense con la que endulzar el 250 Gran Premio de su carrera en la Fórmula 1... antes de ser sancionado con cinco segundos por los comisarios "por no respetar los límites de la pista en la curva 16"; sanción que le llevaba a perder el botín a manos del holandés Verstappen.

Sin puntos se quedó también Carlos Sainz, que obtuvo permiso médico para salir del hospital donde pasó la noche tras su accidente del sábado y disputar la carrera. Comenzó vigésimo, junto a Alonso, y rodaba séptimo cuando empezó a tener problemas de frenos en su Toro Rosso. En la vuelta 45 se veía obligado a detenerlo en una escapatoria ante la imposibilidad de controlar el monoplaza.

La victoria de Hamilton, por otra parte, también suponía para Mercedes el premio añadido de su segundo mundial consecutivo de constructores.