El problema del Coruxo en las últimas temporadas, el gol, le ha dado en esta ocasión al equipo de Rafa Sáez el liderato del grupo I de Segunda División B, aunque empatado a puntos con el Racing de Ferrol y Guijuelo. Los vigueses, que posiblemente están realizando el mejor arranque de temporada desde que militan en la categoría, vive un idilio con un gol que tantas malas jugadas le ha hecho durante mucho tiempo.

Ayer, ante el Sporting B, el equipo rentabilizó al máximo las oportunidades que tuvo, pues el juego entre vigueses y asturianos estuvo más igualado. El equipo de Tomás Hervás salió respondón y, al igual que los vigueses, buscó el gol desde el primer momento. Como no podía ser de otra forma, fueron los locales los que asumieron el control en el centro del campo, pero no podían descuidarse ya que las contras de los asturianos eran muy peligrosas y el Coruxo afrontaba el encuentro con bastantes problemas en retaguardia.

Pedro Vázquez fue el encargado de romper la igualdad inicial. El interior remató en el punto de penalti un centro desde la derecha de David Armental. Una jugada de tiralíneas que salió a la perfección con el remate de Pedro. El Coruxo fue consciente de que no podía conformarse con el tanto ya que los asturianos no tardaron demasiado tiempo en mandar un aviso, pero de lo que pudo ser el empate se pasó a un segundo tanto que dejó el encuentro en clara franquicia para los vigueses.

Pol, portero del Sporting B, no acertó a atajar un balón en el área pequeña, obligando a sus defensas a sacarse el esférico de encima. Por fortuna cayó en los pies de Ortiz, que fusiló al guardameta y dejaba el encuentro encarrilado en el descanso.

El Coruxo sabía que el Sporting B tendría que abrirse en la segunda parte para buscar un tanto que lo metiera en el partido. Por ello trató de esperar a los asturianos para robar el balón y salir con velocidad. Mendi asumió los galones en el equipo rival, erigiéndose en el jugador más peligroso en ataque. A pesar de las bajas, en esa ocasión la defensa conseguía sacarse la presión de encima y el filial sportinguista seguía sin ser capaz de recortar las diferencias.

Tomás Hervás metió más potencia en ataque ordenando a los laterales que subieran por la banda para buscar centros, pero las ocasiones que llegaban no eran aprovechadas. Todo lo contrario que los vigueses, que a los quince minutos organizaban una contra que finalizaba con un potente disparo de Raúl Medina que se estrellaba en el palo y el rechace lo enviaba Adrián Armental al fondo de las mallas.

Este tanto echaba por tierra las esperanzas de los asturianos de llevarse algo positivo de este partido. Sin embargo no se vinieron abajo y buscaron un tanto que hiciera un poco más dulce, si fuera posible, la derrota. Sin embargo el gol no llegó y fueron los vigueses los que anotaron un nuevo tanto que, curiosamente, les dio el liderato de la categoría.