Se acabó el debate. El Celta es el equipo de moda. Su goleada ante el FC Barcelona -vigente campeón de Liga, Copa y Champions League- ha disipado las dudas de los más escépticos. El equipo vigués firmó un encuentro histórico. Fue una gesta histórica en la que no sólo doblegó a un coloso, sino que la humillación ha traspasado los Pirineos y el Atlántico.

La hazaña firmada por los hombres de Eduardo Berizzo se observaba este jueves desde el mismo Times Square. La intersección de Manhattan, posiblemente la más popular del mundo, informaba a sus numerosos viandantes que el FC Barcelona había encajado su derrota más contundente desde 2008. Aquel día el conjunto azulgrana caía con estrépito en el Santiago Bernabéu. Era el día del famoso pasillo a los blancos. Los azulgranas se encontraban en plena desintegración. Había terminado el reinado de Ronaldinho y llegaba el momento de Lionel Messi.

La ESPN lanzaba la dura estadística para los culés. Fue un correctivo. Un repaso en lo futbolístico a una escuadra que ha llevado la bandera del "tiki taka" desde el desembarco de Pep Guardiola al banquillo catalán. Aquel 2008 es un guiño del tiempo, del destino. El Celta atravesaba sus momentos más duros. Tanto en lo futbolístico como en lo económico. Sin embargo, logró reaccionar. La resurrección le ha llevado a practicar un fútbol de ensueño, excelso. El romanticismo de los vigueses ya es conocido en todo el planeta. El estilo preciosista del Celta ya es patrimonio de todos. Su idea, la de un fútbol de salón a pesar de un presupuesto humilde, también es posible.