El Celta B, después de tres jornadas sin conocer la victoria, se reencontró con el triunfo a lo grande, goleando al Arandina gracias a un sensacional comienzo de segunda mitad. El conjunto de Javier Torres Gómez, que se marchó al intermedio con el choque igualado pero ya con un jugador más sobre el terreno de juego, aprovechó a la perfección el inicio del segundo tiempo para dejar el choque visto para sentencia.

El filial céltico llevó el peso de la primera mitad, controlando el encuentro a partir de la posesión de balón aunque sin crear claras ocasiones para inquietar la meta defendida por Álex. Mientras, los visitantes esperaban pacientemente su oportunidad en un contragolpe o, especialmente, en los lanzamientos a balón parado. Porque las acciones de estrategia parecían su única forma de incomodar a un filial céltico que vivía un encuentro plácido en defensa.

El primer acercamiento local a la meta de Álex llegó a los nueve minutos de partido, en un mal despeje del portero del Arandina que recogió en mediocampo Pape y sirvió para Borja Iglesias. Sin embargo, el guardameta visitante enmendó su primer error con una buena intervención al disparo del goleador céltico.

La movilidad de Jordan y la verticalidad de Julio Delgado creaban dificultades a la defensa burgalesa, con enormes problemas para tapar las incorporaciones de Kevin. Lamentablemente, el lateral diestro del Celta B no estuvo preciso en varios de sus envíos, a los que no llegó por muy poco Borja Iglesias.

Precisamente, una de estas acciones terminó convirtiéndose en el primer gol del encuentro a la media hora de juego. Jordan conectó con Pape, que aprovechó el espacio creado por Julio Delgado para buscar la llegada de Kevin y este puso un centro excesivamente pasado. La pelota acabó en los pies de Lucas Olaza, quien sí encontró en su envío el remate de Borja Iglesias para inaugurar el marcador mientras la defensa del Arandina reclamaba fuera de juego.

Empate visitante

El partido parecía ponérsele de cara al Celta B pero la alegría duró muy poco. Un error en la salida de balón de Jonathan de Amo permitió a Carlos recuperar en una zona muy peligrosa y batir a Iván Villar con un buen disparo raso solo siete minutos después.

El empate sentó muy mal al conjunto de Javier Torres Gómez, que quedó unos instantes a merced de su rival. Pero el Arandina, que tuvo el 1-2 en una serie de rebotes a la salida de un saque de esquina, no aprovechó su ocasión y lo pagó quedándose con un jugador menos antes del intermedio. La velocidad de Julio Delgado en una rápida salida al contragolpe obligó a Carlos a pararle en falta, enseñándole el árbitro su segunda tarjeta amarilla.

Con un hombre más y toda la segunda parte por delante para buscar el triunfo que rompiese la racha de tres jornadas consecutivas sin ganar, el Celta B se las prometía muy felices. Como así fue. Los locales no tardaron ni un minuto de la reanudación en volver a ponerse por delante en el marcador. Borja Iglesias bajó perfectamente con el pecho un balón en largo para la llegada de Julio Delgado y este llegó con lo justo para habilitar a Rubén Ramiro. Nada pudo hacer Álex ante su buen disparo raso.

Y tampoco pudo hacer nada apenas dos minutos después en una vertiginosa contra lanzada por Jordan para Julio Delgado. Su disparo se estrelló en el larguero pero el propio Jordan llegó para empujar el rechace al fondo de la portería visitante.

Dosis de fortuna

El vendaval céltico se encontró con una dosis de fortuna para terminar de cerrar el partido. Borja Iglesias controló un balón en la frontal del área y se sacó un disparo que rebotó en un defensa, volvió a golpear en él y acabó entrando en la portería de Álex para convertirse en el 4-1 cuando aún no se habían cumplido los diez minutos de la segunda parte.

El exceso de confianza casi le juega una mala pasada a los locales, al perder de nuevo un balón en zona peligrosa, en esta ocasión Pape. Sin embargo, Iván Villar sacó una gran mano abajo para desviar a córner el peligrosísimo lanzamiento de Manu.

Pese al abultado marcador en contra, el Arandina continuó concediendo muchísimos espacios al Celta B en un ejercicio de auténtico suicidio porque con mucho campo para correr y siempre con más atacantes que defensores, las ocasiones locales se sucedieron. Julio Delgado, tras un buen centro de Rubén Ramiro, y Guille Andrés, gracias a otro gran servicio de Luis Rioja, completaron una goleada que pudo ser todavía más escandalosa.