El gallego Javier Gómez Noya, que hizo historia al lograr este sábado, en Chicago (EEUU), un inédito quinto título mundial de triatlón, que une a sus tres títulos de campeón de Europa y a la plata olímpica que ganó en los Juegos de Londres, se ha convertido de esta forma en leyenda viva del deporte español. Gómez Noya, de 32 años, ganador de catorce pruebas de la Copa del Mundo, que aseguró su quinto título al acabar segundo, detrás de su compatriota el balear Mario Mola -subcampeón del mundo-, explicó, en la segunda parte de una entrevista telefónica con la Agencia EFE desde Chicago, sede de la última etapa del Mundial, sus sensaciones después de su último gran logro deportivo.

- Usted 'tripitió' título mundial y Mario Mola repitió subcampeonato. ¿Fue Mario el rival más fuerte que se encontró este año?

- Sí. Esta vez los Brownlee (Alistair y Jonathan, que compartieron podio con él en los Juegos Olímpicos de Londres) fueron irregulares, sufrieron lesiones. Mola ha sido el más peligroso. Si se baja en los puestos delanteros, puede ganar a cualquiera. Y lo que hizo en Chicago, correr el 'diez mil' por debajo de 29 minutos, ha sido tremendo.

- Antes de que lo hiciesen ustedes, el viernes compitieron las chicas y la estadounidense Gwen Jorgensen revalidó título. ¿Es Jorgensen la 'Gómez Noya' femenina?

- Es más que eso. El dominio que tiene ella en chicas no lo he tenido yo. Ella está a otro nivel que el resto. Ha ganado las últimas doce pruebas de las "World Series" (el Mundial, que desde 2009 es por etapas, en lugar de resolverse en una sola jornada) que ha disputado. Y está claro que las demás van a tener que trabajar durísimo si quieren superarla en los Juegos de Río. Jorgensen gana si está bien y puede ganar incluso si está mal. Está a un nivel altísimo.

- ¿Por qué triunfa el triatlón español?

- No es normal que España obtenga estos resultados tan buenos en el plano internacional, porque no es una potencia en el triatlón mundial. En mi caso, creo que me han salido las cosas bien, porque me he machacado como una mula, al igual que antes que yo lo hizo Iván Raña (su paisano, único español que con anterioridad había ganado un título mundial de triatlón). Mario (Mola), también, que se entrena fuera. O Fernando Alarza. O 'Chente' (Vicente Fernández), que ahora se entrena conmigo. Ha dado la casualidad de que ahora ha salido una generación con mucho talento, pero que tuvo grandes referentes, como Iván (Raña) o Ana Burgos. También hay federaciones autonómicas y clubes que lo están haciendo muy bien.

- ¿Lo hacen mejor las territoriales que la Federación Española?

- No puedo hablar por todas, pero la gallega ha hecho siempre y hace un gran trabajo. La Federación Española imagino que lo está haciendo lo mejor que puede.

- Con la Española tuvo sus más y sus menos. ¿Cómo es su relación con la Federación Español de Triatlón (FETRI)?

- Mi relación con la federación española no es mala. Pero yo hago mi trabajo; y ellos el suyo.

- ¿Pero es mejor o peor que antes?

- Ahora mismo es mejor que antes. Me llevo bien con el presidente (José Hidalgo) y con el director técnico (Iñaki Arenal). Me llevo bien, no me gustan las guerras.

- Después de los Juegos de Río, ¿Cambiará de distancia?

- Es una opción. Pero la distancia olímpica es la Fórmula Uno del triatlón. Las carreras son más rápidos. Después de Río, veremos.

- ¿Se pasará al Ironman, como Raña?

- No lo descarto. No sé si pasarme de forma definitiva. Pero lo que está claro es que algún Ironman haré.

- Entonces, ¿tampoco descarta hacer otro ciclo olímpico?

- Tampoco lo descarto. Pero sólo seguiría otro ciclo olímpico si sigo entre los mejores. Si no, no me motivará la idea.

- En el momento de hacer esta entrevista son poco más de las ocho de la mañana allí en Chicago, ¿no? ¿No se fue de fiesta ni siquiera un rato?

- (ríe) Sí, sí. Salí un rato con mi gente. Pero después de competir, aunque estoy hecho polvo de la paliza que nos dimos, te quedas activado. Y casi no he podido dormir.

- Su padre sí que estará contento. ¿Está ahí, en Chicago?

- No, no ha venido. Pero claro que está contento. Menos mal que ha salido todo bien. Me lo imagino por la noche, nervioso, delante del ordenador, viendo la carrera (ríe).

- ¿Cuándo vuelve a casa?

- Mañana. El martes estaré allí.

- ¿Espera un gran recibimiento? En casa sí que habrá que celebrar estos éxitos por todo lo alto, ¿no?

- Bueno, tampoco tanto, porque aún me quedan algunas carreras. El próximo fin de semana compito en Vigo, en el Desafío Pastor Islas Cíes, que es uno de mis patrocinadores. Y al siguiente, me queda una prueba del Grand Prix de Francia, en Niza. Luego acabaré en Bahamas, donde disputaré una prueba por invitación reservada sólo a diez triatletas. Eso es el 1 de noviembre. Habrá menos presión, pero hasta entonces intentaremos mantener el nivel. Luego, de vacaciones.