"Sé del esfuerzo que ha hecho el Celta para que me quedase, pero empezaron a llegar las ofertas y ya era muy complicado". Eso dijo Krohn-Dehli en sala de prensa el día de su despedidaKrohn-Dehli, antes de jugar su último partido con la camiseta del Celta. El centrocampista danés, un pilar fundamental en el esquema celeste de la temporada pasada, no concretó su renovación con el club vigués y puso rumbo a Sevilla, donde jugará la Champions y ganará más dinero. Sin embargo, lo que Krohn-Dehli no planeó fue que después de este cambio de aires fuese a pasar de protagonista principal del equipo del 'Toto' Berizzo a actor de reparto en la escuadra que dirige Unai Emery.

Mucho lamentó la afición celtiña la salida de uno de sus favoritos. Balaídos, a partir del mes de enero que empezó bullir la rumorología en torno a la renovación o no renovación de Krohn-Dehli, disfrutó con un sabor agridulce cada una de las 'delicatessen' del internacional danés. Desde las gradas del municipal vigués todo el mundo trató de brindar el máximo cariño al centrocampista para que se quedase. Pero no fue así. Conforme la temporada iba bajando el telón, la salida de Krohn-Dehli se hacía más evidente. Por su parte, el jugador no decía nada, solo hablaba sobre el césped. Su final de campaña fue por todo lo alto. Krohn-Dehli rindió a un gran nivel en el doble pivote junto a Augusto demostrando en todo momento una exquisita profesionalidad. Cerró el curso con 36 partidos jugados, 3,002 minutos a la espalda, un gol -ante el Elche- y cuatro asistencias.

Su despedida también fue por todo lo alto. La afición del Celta, a grandes rasgos, tiene los pies en el suelo y entendió el interés del danés por dar un salto deportivo en su carrera. A finales de mayo ya era un secreto a voces que el Sánchez Pizjuán sería su destino y Sevilla su próxima casa. El jugador dijo adiós a Balaídos con un partido soberbio frente al Espanyol que ganó el Celta (3-2). Al término de los noventa minutos, Krohn-Dehli recibió el último abrazo del celtismo, que le adoró prácticamente desde su llegada en el año 2012. Dio la vuelta al estadio junto al resto de sus compañeros, hizo las maletas y se marchó.

El salto a la ciudad de Nervión

El Sevilla no tardó en confirmar la contratación del centrocampista. El primer día de mercado hicieron la confirmación oficial. Krohn-Dehli le había salido muy barato a Monchi, director deportivo de los andaluces, que firmó a coste cero a uno de los mejores peloteros del panorama internacional. Ante los ojos del danés, el horizonte que se abría a partir de aquel instante era inmenso. Se estaba enrolando en las filas del campeón de la Europa League, quinto clasificado de la Liga con 76 puntos y con derecho propio a jugar esta temporada la Champions. Además, y a pesar de las salidas de Aleix Vidal y Carlos Bacca, el equipo mejoró todavía más sus prestaciones con buenos refuerzos. También llegaron Konoplyanka, Immobile, Kakuta, Rami, Mariano, N'Zonzi y el último, Fernando Llorente.

Sin embargo, con lo que probablemente no contaba Krohn-Dehli es con solo haber jugado 25 minutos en los dos primeros partidos de Liga. Su entrenador, Unai Emery, es hombre de ideas fijas, rotaciones selectivas y que además suele apostar por el músculo para su inamovible doble pivote. Ahí Krohn-Dehli parte con desventaja respecto a portentos físicos como Krychowiak, Carriço, Iborra o N'Zonzi. Hasta el momento, el futbolista internacional solo fue de la partida en la Supercopa de Europa frente al Barcelona, donde se hartó a correr detrás de Messi y compañía.

En Liga, el Sevilla no ha empezado bien, empate contra el Málaga y derrota en el Pizjuán frente al Atlético de Madrid. En ambos compromisos Emery dejó en el banquillo a Krohn-Dehli, relegado a un papel de espectador en la Rosaleda y como actor secundario ante los colchoneros (el danés disputó los 25 minutos finales). El técnico sevillista, que la temporada pasada llegó a desesperar a Iago Aspas y tampoco le dio muchas oportunidades al canterano del Celta Denis Suárez -ahora en el Villarreal-, todavía no ha apostado por otorgar a Krohn-Dehli la batuta de director que sí le daba Berizzo. Todavía es pronto para sacar más conclusiones, la temporada acaba de empezar y el Sevilla disputa tres competiciones. Krohn-Dehli tendrá, seguro, numerosas ocasiones para reivindicar su derecho al papel de protagonista principal.