El británico Mo Farah revalidó el título de campeón del mundo de 5.000 metros y extendió su reinado en el fondo con un nuevo doblete, tras resistir un ataque del keniano Ndiku, que se llevó la plata.

Tras humillar a la armada keniana en el 10.000 en la jornada inaugural, el británico se hizo con su cuarto doblete consecutivo, tras los de los Juegos Olímpicos de Londres 2012, el Mundial de Moscú 2013 y los Europeos de Zúrich del año pasado, a los que cabe sumar el logrado en el campeonato continental de Barcelona 2010.

En una carrera lenta (13:50.39), Farah se impuso sin dificultad aparente en el esprint a Ndiku, que le había arrancado a falta de 800 metros, mientras que el bronce fue para el etíope Gebrhiwet, que ya consiguió la plata hace dos años en Moscú.

El planteamiento de los africanos fue radicalmente diferente al del 10.000, pero el resultado fue el mismo: el británico ganó un oro más, el quinto en los Mundiales, que le iguala con el etíope Bekele.

Si el pasado sábado los atletas kenianos se pusieron al frente del grupo y trataron de asfixiar a Farah con un ritmo alto y constante, en el 5.000 se apartaron de las posiciones de cabeza y dejaron que Farah llevara el peso de la carrera.

Así, se dispuso una carrera lenta (el primer 1.000 se pasó en 3:02.04) con el británico Tom Farrell en cabeza y los africanos en mitad de un pelotón que cerraba el otro representante de Gran Bretaña, aunque nacido en Somalia y entrenado en Estados Unidos.

Al toque de campana Ndiku iba líder, seguido de cerca por Farah y a continuación los etíopes Gebrhiwet, y Yomif Kejelcha, un joven de 18 años que fue campeón mundial júnior el año pasado y se presentaba en Pekín con el mejor registro de la temporada (12:58.39). Farah esprintó y se impuso con claridad a Ndiku (13:51.75) y Gebrhiwet (13:51.86), mientras que Kejelcha acabó cuarto.