El Celta celebra su 94º aniversario con un triunfo en su estreno liguero en el Ciutat de Valencia. Los vigueses obtuvieron un resultado notable en un partido en el que el Levante, a pesar de jugar con diez todo el partido, no permitió demasiadas concesiones. El choque quedó determinado por la tempranera expulsión de Simao. Los celestes afrontaron con superioridad casi los noventa minutos. Orellana dio ventaja al Celta antes del descanso, Verza empató en el 54 e Iago Aspas puso la sentencia a falta de quince minutos.

El 'Toto' Berizzo no dio la sorpresa en el once y repitió a los hombres que jugaron el Quinocho con la salvedad de Cabral en el centro de la zaga. El Celta demostró pronto su intención de dominar, algo que pudo hacer con mayor comodidad después de que Simao agrediese a Iago Aspas y fuese justamente expulsado en el minuto cuatro. Los vigueses aprovecharon la coyuntura para lanzar su asedio. Intentaron el gol desde lejos sin fortuna Aspas, Augusto y Jonny, pero quien realmente se llevó el gato al agua fue Deyverson, que aprovechó una salida en falso de Rubén tras un saque de esquina para marcar. Por suerte para los intereses celtiñas, el colegiado De Burgos Bengoetxea pitó una dudosa falta previa y anuló el gol.

El susto no espoleó al Celta, que sufrió sus peores minutos. Wass y el Tucu estuvieron imprecisos en la medular y no pudieron conectar con el tridente atacante. Sin embargo, el que si que se pudo asociar con Nolito fue Jonny, quien al borde de descanso ganó línea de fondo después de hacer una pared con el sanluqueño y puso un pase al punto de penalti a Orellana, que de primeras, no perdonó.

En la segunda mitad el Levante salió decidido a quemar las naves mientras les quedase aliento. Los de Lucas Alcaraz adelantaron la presión y pusieron en problemas al Celta. Deyverson y Ghilas fueron un verdadero quebradero de cabeza para la defensa celeste. Una falta de Pablo Hernández sobre el primero en la frontal originó el gol del empate. Verza alojó el libre directo en la misma escuadra, ante la mirada impasible de Rubén Blanco. Segundos antes, Nolito y Orellana se habían encontrado con los guantes de Rubén Martínez en una acción al contragolpe.

Después de unos minutos de igualdad, Berizzo tomó la decisión que a la postre le daría los tres puntos. Introdujo a Guidetti por Hugo Mallo para que formase pareja arriba con Aspas, retrasó a Wass, que se puso de carrilero por la banda derecha y por el mismo flanco también situó a Orellana. La conexión chileno-danesa funcionó, y de una combinación entre los dos nació el pase de la muerte del 'poeta' a Aspas, que con la colaboración de la pierna de un defensa puso a los suyos por delante.

Hasta el final del partido el Celta puso ampliar la ventaja. El Levante, con más coraje que fuerzas, trató de estirarse de nuevo en busca del empate, pero el que estuvo más cerca de marcar fue otra vez Iago Aspas, que estrelló un chupinazo contra el palo.

En los últimos minutos se produjeron una mala y una buena noticia. Rubén Blanco se lesionó en el hombro tras un golpe contra un atacante granota, lo que obligó a Berizzo a hacer debutar a Néstor García, el portero del filial, que pudo mantener su portería a buen recaudo hasta que el colegiado señaló el final.

Tres puntos de oro para el Celta, que le permiten arrancar la Liga con victoria como visitante y situarse como colíder en la primera jornada. La semana que viene habrá que refrendar este notable resultado en Balaídos ante el Rayo Vallecano.