- Llegó el momento de decir adiós. De colgar las botas...
- Hay que relativizar las cosas. Sí que es una decisión que me ha costado mucho tomar, dura. Pero que creo que forma parte de la vida de un deportista, y de la vida en general. Al final siempre hay etapas que se acaban y empiezan otras nuevas.
- ¿Por qué ahora?
- El año pasado me planteé también tomar la decisión, pero hablé con el club (Vardar) y había un proyecto bastante ambicioso y quise forzar un poco más a ver si conseguíamos ganar esa 'Champions', pero no pudo ser y ahora la verdad es que después de la lesión tuve mucho tiempo para pensar. Tengo una edad y me apetece también cumplir otros objetivos y otras metas que tengo marcadas en mi vida. Creo que hay que relativizar las cosas y pensar que esto es así, forma parte de la vida. Mi vida la forman muchas cosas, no solo el balonmano.
- ¿Y qué hará ahora? ¿Ya lo tiene decidido?
- Sí que tengo cosas pensadas, pero ahora quiero estar tranquila y disfrutar un poco de mi tiempo libre. Sin tener esa presión de pensar que me quedan solo dos semanas para volver a currar. Quiero aprovechar para desconectar y tomarme mi tiempo de relax. Y ya luego empezaré a intentar incorporarme a la vida laboral.
- ¿En la rama clínica?
- Yo siempre he estudiado todo relacionado con la rama sanitaria y es un tema que me gusta mucho, pero no descarto otras opciones ni me cierro puertas a nada. Ahora mismo sí que necesito desconectar un poco del balonmano pero más adelante ya veremos, a ver.
- Difícil alejarse del balonmano después de toda una vida...
- El balonmano es mi deporte y a él le debo todo lo que tengo a día de hoy. Es un deporte que quiero mucho y en el que conozco a mucha gente. Aunque me he formado para tirar por otros caminos, tampoco puedo decir que no quiero saber nada del balonmano. No lo sé. Creo que me voy a dejar llevar y a ver qué me depara el futuro.
- Una veintena de títulos, 181 partidos con la selección, un bronce olímpico, una plata en el Mundial. ¿Puede elegir un momento especial en toda su carrera?
- Es muy complicado. Realmente sería injusto destacar solo un momento porque a lo largo de toda mi carrera deportiva he pasado muchísimos momentos maravillosos, cada uno en su etapa, y cada uno con una gente diferente, pero muy bonitos todos. Han sido muchos momentos especiales que recordaré toda mi vida, pero lo más importante que me llevo del balonmano, aparte del palmarés, es a toda la gente que he conocido, tanto entrenadores, como compañeras. Los momentos vividos para mí son los más importantes porque siguen estando ahí, no tienen fecha de caducidad.
- Pero una medalla olímpica, ¿tiene un sabor especial?
- Para mí fue cumplir un sueño. Cada vez que echo la vista atrás y recuerdo todo lo que nos costó ganar esa medalla? Fue un momento muy especial, subirse al podio... Y eso unido a mi llegada a Peinador, donde estaba toda mi familia, mis amigos, tanta gente allí recibiéndonos, no me lo esperaba para nada, me llevé una sorpresa y una alegría increíble. Son momentos que todavía me siguen emocionando. Pero tengo más momentos muy especiales, como la medalla de plata en Macedonia, que creo que fue el punto de inflexión en el que las mujeres del balonmano dimos un golpe en la mesa y dijimos: "Aquí estamos nosotras". Estoy muy orgullosa de formar parte de esa generación.
- ¿Se retira satisfecha?
- Estoy muy contenta y satisfecha de cómo ha ido mi carrera deportiva. Primero porque me ha costado mucho llegar a donde he llegado. He empezado desde abajo y sé lo que es ganar y perder y me retiro con la satisfacción de que he hecho los deberes y también con la tranquilidad de que las nuevas generaciones vienen pisando fuerte y lo van a hacer muy bien. En ese sentido estoy contenta y muy tranquila.
- Alguna espinita le quedará clavada...
- Por supuesto. Ganar la 'Champions'. De hecho renové un año más con el Vardar con ese objetivo y por eso a la hora de lesionarme me vine tan abajo. Pero el deporte es así y si algo te enseña es a ganar y a perder y a que cuando te caes tienes que volver a levantarte. Así que hay que tirar para adelante y punto, se acabó. Estoy contenta.
- Y ahora, ¿se quedará en Vigo?
- Este primer año sí que estaré por Vigo y mi intención sí que es quedarme por aquí, pero creo que eso va a depender un poco del trabajo. Yo me dejo llevar. Tengo muchas ganas de estar con mi familia, luego ya veremos qué pasará.
- ¿Tenía algo marcado en la agenda en concreto para hacer una vez tomara la decisión de retirarse?
- Algo así en concreto tampoco, pero lo que más estoy disfrutando es no tener esa angustia de pensar que me quedan dos semanas para irme, que tengo que hacer la maleta. El poder disfrutar de este verano de esa angustia sin tener que marcharme lo estoy disfrutando mucho.
- Ayer recibiría multitud de mensajes y llamadas tras el anuncio de su retirada.
- En mi entorno todo el mundo lo sabía. No ha sido tanta sorpresa. Sí que fue una decisión difícil hacerla pública. Para mí ha sido duro tomar esta decisión, pero creo que ya era el momento de afrontar la situación y de decir que hasta aquí hemos llegado.
- Lo bueno es que es un adiós dulce, feliz...
- Me retiro muy contenta y feliz, pero claro es una decisión muy difícil porque yo llevo toda mi vida jugando al balonmano y da vértigo, miedo, pero la vida es así y esto continúa. Yo no sé si es bueno o malo pero siempre he tenido claro que mi vida no solo la forma el balonmano. Mi vida son muchísimas cosas y tengo ganas de empezar a vivir y cumplir otros objetivos y otras etapas y estoy muy ilusionada también con ellas.
