El Celta juvenil disputa mañana domingo, a partir de las 12 horas en las instalaciones de A Madroa, el encuentro de vuelta de los cuartos de final de la Copa del Rey ante la Real Sociedad. Los jugadores entrenados por David de Dios llegan a este encuentro con vida después del tanto conseguido el pasado domingo en Zubieta en el tiempo de descuento, lo que hace que un gol pueda ser suficiente como para meterse en semifinales.

El choque de hace una semana en San Sebastián fue intenso, con una Real que trató de llevar el peso del encuentro, pero a la que le costaba encontrar la portería céltica. Los dos goles llegaron en jugadas a balón parado, en las que los célticos no estuvieron acertados a la hora de sacar el peligro y los vascos no perdonaron.

El choque de mañana en A Madroa vuelve a presentarse complicado. La obligación de marcar entraña muchos riesgos, pues la Real es muy peligrosa a la contra y encajar un tanto podría ser decisivo en el desarrollo de la eliminatoria. Es por ello que los vigueses no deben obsesionarse con lograr el tanto de la clasificación lo antes posible, ya que no se deben asumir riesgos innecesarios.

De lo que no cabe duda es que lo que será fundamental es el apoyo de la grada. En la pasada eliminatoria, ante el Athletic de Bilbao, los jugadores no necesitaron el apoyo al haber dejado el pase certificado en el choque de ida en Lezama, pero en esta ocasión la situación es distinta y los jugadores van a necesitar el empuje desde la grada.

Además se junta otro condicionante importante que puede jugar un papel decisivo, y es la temperatura prevista para el domingo, en donde se esperan máximas de 32 grados, por lo que es un factor muy a tener en cuenta y que también va a jugar su papel.

David de Dios, entrenador del conjunto céltico, afirmaba tras el entrenamiento de ayer tarde que "los chicos están con ganas de jugar el partido. No pesan los casi once meses que llevamos entrenando, pues unas semifinales de la Copa del Rey no se juegan siempre, y eso motiva".

A la hora de explicar lo que espera del choque de mañana ante el conjunto donostiarra, De Dios lo define claramente con una frase "no apto para cardiacos". "Es un partido", prosiguió, "tremendamente complicado y seguro que va a ser muy disputado hasta el final. Yo lo considero como un partido trampa, ya que ellos van a provocar un ritmo de partido en el que nos van a hacer creer que lo tenemos todo controlado, dejándonos el balón y fomentando nuestra confianza, para que después en dos zarpazos lleguen arriba marquen un gol y te compliquen la vida".

El técnico tiene claro que "va a ser un partido muy parecido al que disputamos el domingo pasado en Zubieta, pero nosotros tenemos que ser muy inteligentes y pensar que con un gol estamos en semifinales".

A pocas horas del inicio del, posiblemente, encuentro más importantes de la temporada, David de Dios hace un llamamiento al celtismo para que "llene el campo y sea el jugador número doce que nos haga pasar de ronda. Es fundamental el apoyo de los aficionados desde la grada, que sintamos su aliento empujando el balón en ese momento clave del partido". Preguntando sobre la conveniencia de jugar este partido en otro campo, el entrenador del Celta juvenil fue rotundo reconociendo que "llevamos toda la temporada jugando sobre hierba artificial y ya estamos acostumbrados mientras los otros equipos juegan en natural. Además, el domingo va a hacer mucho calor con lo que en el campo va a hacer mucha más, y nosotros tenemos que jugar nuestras bazas".

El técnico recuperó a Pape que llegó el jueves tras estar con la selección, y ayer viernes ya se entrenó con el resto de compañeros. El resto de jugadores se encuentra en perfectas condiciones, salvo Brais que lleva dos días con un ritmo mucho más bajo.