El Octavio se desinfla en el peor momento

El Octavio se desinfló en el peor momento. El equipo rojillo cayó ayer ante el Viveros Herol Nava en un partido que se antojaba resuelto a falta de trece minutos, cuando ganaban por una diferencia de cinco goles. Los palos y la eficacia del juego en seis metros visitante, sumados a una inoportunda exclusión, propiciaron la remontada de los segovianos, que saborearon su venganza particular después de haber perdido de manera similar en el encuentro de ida.

Los errores por parte de ambos equipos marcaron el primer tiempo. El Nava sorprendió al Octavio en sus primeros ataques. Los segovianos, lejos de aprovechar su superioridad física, aprovecharon los minutos iniciales para correr y anotar los primeros goles en jugadas rápidas. Pero los rojillos aguantaron el intercambio de golpes y llegaron al cuarto de hora con ventaja (7-5) a pesar de que el partido no tenía un dueño claro.

Tras una sucesión de pérdidas de balón Álvaro Senovilla, técnico visitante, solicitó tiempo muerto para reajustar a los suyos. La charla tuvo un efecto inmediato y el Nava se puso por delante con tres goles seguidos, dos de ellos del lateral zurdo David Fernández. Sin embargo, el Octavio replicó con otros tres tantos para llegar al descanso con una ventaja mínima (14-13).

El partido fue completamente diferente en la segunda mitad. La intensidad de Tate Batán sobre el parqué enchufó al resto de sus compañeros, lo que permitió a los rojillos abrir brecha en el marcador. El lateral diestro se multiplicó en tareas defensivas y castigó desde lejos la portería del Nava. El Octavio logró una renta de cinco goles de ventaja en el minuto 47 gracias a cuatro goles del propio Batán, dos de Cerillo, uno de Figueirido y otro de Corcera

Sin embargo, la exclusión de Óscar Silva cambió la dinámica del encuentro. El Nava encontró la forma de alimentar su juego interior, poco efectivo hasta ese momento, y acortó distancias a pasos agigantados. Además, cuanto más se acercaban los vistantes en el luminoso, con más nervios y precipitación gestionaba sus ataques el Octavio, que tuvo en las manos de Cerillo matar el partido, pero se encontró dos veces con los palos.

El conjunto segoviano consiguió culminar la remontada en el último minuto. Jabato pidió tiempo muerto a falta de ocho segundos para organizar el ataque definitivo. Lloria sacó de fondo, el Octavio llevó la jugada a la banda izquierda y Rubén Figueirido, vestido de portero-jugador, voló dentro del área, cazó en el aire el alley oop y lanzó. El balón se estrelló en el larguero a la vez que resonó la bocina que anunciaba con crueldad la derrota de los académicos.