Un encuentro entre dos similares

Desde Sanlúcar al Celta de Vigo

"Flaco" Gil y Nolito han llevado carreras profesionales parecidas en el fútbol - Los dos sanluqueños se han conocido a través de FARO

Nolito conduce el balón en Balaídos.

Nolito conduce el balón en Balaídos.

Vigo

El fútbol les condujo a emigrar, siendo todavía adolescentes, de su Sanlúcar de Barrameda natal para emprender carreras profesionales en varios destinos. Con dos décadas de diferencia, ambos pasaron por la cantera del Barcelona antes de cruzar la península Ibérica para instalarse en Galicia. El Celta ha sido otra parada común. A pesar de todas esas coincidencias en sus trayectorias, Flaco Gil y Nolito se conocieron esta semana, en una cita promovida por este periódico en un céntrico hotel de Vigo, ciudad donde residen. En la hora que duró su primer encuentro, los dos sanluqueños rememoraron lugares comunes de su infancia, buscaron vínculos de vecinos y amigos, y hablaron de su relación con otras de las ciudades en las que residieron. En la conversación no faltaron las comparaciones entre el norte y el sur, la gastronomía, el tiempo, la música y el deporte que les hizo populares en su pueblo, una población de "setenta mil habitantes; es grande", se encarga de recordar Nolito, hablador y dicharachero, que todavía mantiene el acento andaluz que Gil perdió con el tiempo y la lluvia.

- "Yo soy del Palmar", anuncia José Gil Gordillo (1960), en el Celta entre 1991 y 1996.

Desde Sanlúcar al Celta de Vigo

Desde Sanlúcar al Celta de Vigo

- "Yo soy de la Barriada Andalucía", añade Manuel Agudo Durán (1986), que llegó al Celta en julio de 2013.

-"Mi madre vive en la Puerta de Jerez y conoce a familiares tuyos. Yo me crié en la Calzada de la Infanta", explica Gil.

Desde Sanlúcar al Celta de Vigo

Desde Sanlúcar al Celta de Vigo

- "Allí compré yo una casa", comenta Nolito. "De tí me había hablado un amigo. '¿No ves al Flaco Gil por Vigo?'. Pues, no; no lo conozco".

- "Vivo al lado de donde tú trabajas", apunta Gil, al referirse a una urbanización de Candeán, cerca de la ciudad deportiva de A Madroa, donde Nolito lleva año y medio entrenando.

- "¿Y qué tal? ¿Te quedaste a vivir aquí? No se está mal. Es cuestión de adaptarse. Yo estoy bien porque estoy jugando, me van las cosas bien. El clima no es lo que yo desearía, pero para la vida que tengo. Estoy siempre en casa, prácticamente. Me gustaría encontrar una casita para el año que viene. Hemos estado viendo alguna por Bueu, porque tenemos unos amigos marineros allí. Pero a ver qué pasa. Echo de menos Sanlúcar, pero son tantos años fuera de casa que te acostumbras", confiesa Nolito.

(Gil): "No cuesta dejar la tierra, sino a la familia.Recuerdo cuando estaba en el Barça, con 16 o 17 años, que me rompía el alma ver cómo lloraban mis hermanos cuando me iba. Con el paso del tiempo, te vas habituando".

(Nolito): "Es duro. Y porque a nosotros nos ha salido bien: estamos jugando en Primera y tal. Pero al final te pierdes cosas que no las vuelves a recuperar. Porque la gente dice: 'futbolista, guapo, pasta, coche...' Pero al final me he perdido cosas que como niño me hubiera gustado vivir. Mi profesión me ha dado otras cosas, otras alegrías, me gusta mi trabajo, mi pasión es el fútbol, pero me ha quitado otras cosas. Eso quizás mucha gente no lo vea. Pierdes a tu familia".

(Gil): "Y los fines de semana te los pasas sin tus hijos, porque tienes que viajar. Cuando te das cuenta, y a mí me ocurrió, tu hijo ya ha cumplido diez años y te has perdido esa etapa con él".

(Nolito): "El verano pasado tuvo que volver a los entrenamientos el 3 de julio y mi hija acabó el colegio a finales de junio.Tuvimos trece días de vacaciones juntos. Las carreras de caballos de Sanlúcar las veo por la televisión, desde que me fui a los 16 años. Siempre me llaman para invitarme, pero no puedo asistir. Las mujeres son las que están en la sombra y se tienen que ocupar de todo. Yo me voy concentrado con el equipo y ella se queda sola con la niña, que si está mala la tiene que llevar su madre al hospital. Por eso que a veces no entiendo que se provoquen tantos problemas cuando se pierden partidos. Es normal, es el Celta. Al final hay cosas más importantes que el fútbol".

(Gil): "La gente tendría que estar al tanto de lo que puede sufrir un jugador, que no es una máquina, también tiene altibajos en su estado de ánimo. Haciendo lo mismo todas las semanas le sale bien un partido y otro no. Nadie es perfecto".

La conversación gira hacia Sanlúcar. "Nosotros vivíamos el fútbol en la playa del Castillete. Allí poníamos dos porterías y... ¡a jugar!", apunta Nolito.

(Gil): "Nosotros jugábamos en el terreno de la feria, donde ponen los cacharritos, lo que aquí llaman las atracciones. Allí te caías y te dejabas las piernas destrozadas. También jugábamos en la playa de Las Piletas".

(Nolito): "En Sanlúcar se vive mucho el fútbol. Se había perdido pero volvió a resurgir en las barriadas. Había buenos jugadores, gente que había podido vivir del fútbol, pero por circunstancias no lo consiguieron".

(Nolito): "La etapa en Barcelona fue de las mejores de mi vida. Llegué allí con 21 años, desde el Écija, de Segunda B. Llegué al filial del Barça con Luis Enrique. Mejoré y aprendí mucho. Disfruté muchísimo y comencé a tomarme el fútbol más en serio. Me di cuenta de que podía jugar en Primera y que podía comer de esto. Me marcó el pasar por allí porque venía de jugar en Tercera con el Sanluqueño. Todo era un poco más amateur. Y llegar al Barcelona, con las instalaciones que tenía, te quedas un poco impactado. ¿Si no aprendo aquí, dónde voy aprender?, me decía. Me vino bien estar allí tres años. Después debuté en Primera. Estoy muy contento de esa experiencia y muy agradecido al club".

(Gil): "Yo llegué al Barça en la época de Maradona y de Schuster. En ese momento subían pocos canteranos al primer equipo. La filosofía del club era: tú aprende a ser mejor persona y nosotros te enseñaremos a ser mejor futbolista".

(Nolito): "No me importaría echar raíces aquí, porque estoy bien, a gusto. Pero vamos a ver qué pasa, qué hace el club el año que viene: quién se va, quién viene. Soy egoísta y aspiro a jugar la Champions otra vez. Me gustaría quedarme aquí, pero si me quedan cinco u ocho años de carrera no quiero estar pendiente de no bajar de categoría. El que más presión tiene soy yo, para lo bueno y para lo malo. Si estoy cinco partidos sin meter goles o juego mal, todos en contra. Yo lo entiendo, pero a veces piensas si te merece la pena el sacrificio que haces todos los días. Porque igual te dan el abrazo y te dicen que eres dios, que te gritan: '¡Nolito!, hay que correr más, meter goles'".

(Gil): "El fútbol no tiene memoria. Yo jugué una final de la Copa del Rey con el Celta, en 1994, contra el Zaragoza. Ahora hay posibilidades de revivir algo así. En nuestra época fue una sorpresa jugar una final con el equipo que teníamos. Hoy en día, el Celta tiene más calidad y más opciones de poder acceder a una final de Copa".

(Nolito): "Este año tuvimos una buena oportunidad de llegar lejos. La eliminatoria contra el Bilbao la tuvimos ahí. Fue una pena. Pero bueno, las cosas pasan por algo, no sé. Claro que nos hubiera gustado jugar una final de la Copa del Rey, y más contra el Barcelona. Era el momento porque el Bilbao no estaba atravesando una buena situación. A ver si el año que viene hay más suerte".

(Gil): "Ahora, la afición del Celta ha aprendido a disfrutar. Si tú lo dabas todo en el campo, el público te lo reconocía siembre, pero a lo mejor no disfrutaba del juego del equipo. Hoy en día, la afición ha aprendido a disfrutar viendo el espectáculo que ofrece el equipo, que es mucho más bonito que el que representábamos nosotros, obviamente".

(Nolito): "La afición, bien porque es gente joven, que está ilusionada con el equipo y disfruta viéndonos jugar".

(Gil): "Los derbis Celta-Deportivo los he vivido en los dos lados. Son partidos especiales, muy bonitos. Hemos tenido derbis muy calentitos y se han quitado muchas veces las cosas de quicio. Los dos últimos que se han jugado, han sido muy bonitos porque sobre todo los jugadores han dado un ejemplo de deportividad en el terreno de juego.En nuestra época, la patada más baja era a la altura del cuello. Nosotros mismos estábamos provocando un poco la violencia en el resto del estadio, porque eran derbis muy calientes. Ellos ahora no, han jugado dos partidos normales, con una deportividad ejemplar. Y eso, quieras o no, se traslada también a la grada".

(Nolito): "Los derbis gallegos, muy bien. Viví los Benfica-Oporto, pero creo que no es lo mismo. Quizás ante el Dépor fuera me gustó más. Está guapo el ambiente y a cualquier futbolista le gusta jugar ese partido.Cuando ganamos en Riazor estaba a punto de ducharme y nos llamaron para que saliésemos a saludar a nuestra afición.Creo que fue Vlado [Gudelj] quien vino a decirnos que saliésemos.Con el estadio de Riazor vacío y nuestra afición ahí, fue una cosa que se queda grabada para toda la vida. Ojalá que se repita el año que viene".

El primer encuentro entre Nolito y Gil toca a su fin. Ambos coinciden en señalar "la gran materia prima" con que cuenta la gastronomía gallega, pero no se olvidan de las tapas sanluqueñas: "Tortilla de camarones, salpicón de marisco, langostinos, gambas, choquitos fritos, puntillitas... y ya no comes al llegar a casa", apunta Nolito, que echa de menos el flamenco: "No estaría mal que aquí abriesen un tablao, pero aquí no son muchos aficionados al flamenco".

(Gil): "Yo tiro más para las sevillanas, pero también me gusta Camarón". Ambos se quedan hablando de Manolo Sanlúcar y de Vicente Amigo, al que acompaña al cajón un primo de Nolito...

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