El Celta viaja a la frontera de la salvación
El cuadro celeste quiere dejar la permanencia casi hecha a costa del Levante - Los vigueses nunca han perdido en el Ciutat de Valencia en Primera - El acompañante de Augusto y Krohn-Dehli en la medular, la gran duda en el once inicial
Vigo
El Celta quiere dejar la permanencia prácticamente sellada. Lo conseguirá si gana hoy en casa del Levante. En tal caso alcanzaría los 35 puntos, ya muy cerca de la frontera de los 40, media histórica de la salvación. Además, los celestes se asegurarían dejar la zona de descenso a diez puntos de distancia -que es el margen actual, pero contando con esa sanción de la FIFA al Almería aún en litigio-. Un botín demasiado sabroso como para desaprovechar el viaje. Como riesgo, abismarse a otra racha dolorosa si se falla. Sería la tercera derrota consecutiva, justo antes de la visita del Barça. En una jornada de aparente tránsito, el Celta decide entre la certeza y la duda.
El Celta recorre la campaña a empellones. En lo que se refiere a resultados, ha combinado fases muy productivas y otras de total sequía, en ambos casos de proporciones históricas. Es una dinámica paradójica para una escuadra que en realidad, en su rendimiento futbolístico, presume de regularidad, muy constante en virtudes y defectos estilísticos. En esa montaña rusa, a los celestes les toca otra vez agitar los brazos y asustarse. Alcanzaron la cima en Riazor, como en el Camp Nou en la primera vuelta. Desde entonces, empate con el Elche y derrotas ante Villarreal y Athletic. Nada que debiera preocupar de no ser por la impertinente memoria: aletea el recuerdo de aquellas diez jornadas hambrientas, entre Granada y Getafe.
El Ciutat de Valencia parece un escenario propicio para disipar cualquier posibilidad de pánico. Celta y Levante han sabido buscarse las fragilidades en cancha ajena. Los celestes nunca han perdido en el campo granota en Primera División, con dos triunfos y un empate en el registro; en Balaídos, solo una victoria en cuatro enfrentamientos: el de la primera vuelta, por 3-0 (los valencianos, hasta ese instante, habían sumado un empate y dos victorias en Vigo).
Haz click para ampliar el gráfico
Esa goleada, obtenida a finales de octubre, tiene una validez relativa como referencia. Extraña comodidad, cuando distó mucho de ser la actuación más brillante de los vigueses. Era cuando a Larrivey y compañía se le caían los goles de los bolsillos. Y cuando el Levante experimentaba un conflicto de personalidad. Había extraviado el camino que tanto éxito le había proporcionado en los años anteriores. Ya sin algunos veteranos de peso, como Ballesteros, el equipo abandonó su rigor. Quiso darse una alegría y equivocó la fórmula. Con Alcaraz se ha recuperado el pragmatismo feo. El Levante defiende en bloque. En ataque se confía a la inspiración de Xumetra y el oficio de Barral. Aún se perciben cicatrices de lo que soñó Mendilibar. Con 51 goles, recibe al Celta como el equipo más goleado de la categoría.
Curiosamente, una vez que Alcaraz ha desandado el calendario, del Levante se puede predecir la apuesta y la estructura. Alineará dos atacantes, como en el Bernabéu. "Es nuestra forma de jugar", argumentaba el técnico andaluz. Y eso provoca el interrogante en el bando olívico. El Celta tiene un estilo, pero suele acomodar su sistema al planteamiento rival, como una especie de funda. Si el contrario juega con dos puntas, Berizzo les fija las marcas individuales y añade un líbero que acuda a las ayudas. Por eso jugó con tres centrales contra el Valencia o el Villarreal. No lo hizo, sin embargo, contra el Athletic. Y no parece haberlo planeado ante el Levante. Los jugadores afirman, al menos, que no lo han ensayado durante la semana. Además, Sergi Gómez, el adecuado como tercer central, ha sufrido una gastroenteritis. Ha podido entrar en la convocatoria, pero se le supone debilitado.
Salvo sorpresa, Berizzo repetirá el esquema más habitual, ese 4-3-3 en el que el principal dilema es quién acompañará a Augusto Fernández y Krohh-Dehli en la medular. Álex López, eternamente a examen, suspendió el test del Athletic. No fue el único, claro, en una primera parte desastrosa. Pero al ferrolano siempre se le han penalizado con dureza los errores. Lo lógico es que regrese Radoja, que ayuda a equilibrar la composición y cuyas idas y venidas, en el segundo tramo de la temporada, quizás obedezcan a la condiciones fluctuantes de la pubalgia. Tucu Hernández no se antoja viable como alternativa en una fase en la que ejerce de recambio de tiempo de prolongación.
El manejo de las sustituciones es uno de los aspectos que más se le critican a Berizzo. Ha construido un equipo valiente, agradable, al que mantiene en un territorio templado de la clasificación. Pero la cantera ha perdido peso bajo su mandato y su gusto por dosificar los cambios, ordenándolos en minutos muy avanzados e incluso no agotándolos, alcanza en ocasiones el nivel de manía. Él mismo admite que jugadores como Santi Mina merecen una mayor cuota de participación. Lo que posiblemente no le alcance al vigués para discutirle la titularidad al tridente ofensivo, aunque no lo descarta.
- Rueda, sobre la manifestación de hoy en Vigo en defensa de la Sanidade Pública: «Van por otro lado de lo que siente la mayoría»
- Última llamada de auxilio de la protectora: «Los perros no salen a pasear desde octubre»
- Fallece en plena calle de un infarto en Oviedo después de que la ambulancia que iba a socorrerle se accidentase
- Detenido uno de los enlaces gallegos de la banda albanesa que trató de desembarcar 1.100 kilos de cocaína en Arousa
- Un buen chico y un gran amigo que siempre tenía una sonrisa
- Abren los primeros furanchos de Pontevedra, con un catálogo de 11 tapas a elegir
- Detectada en aguas de Galicia una nueva especie exótica e invasora de África
- El Celta lleva al límite al Madrid, pero contra 12 no puede