El Celta quiere cerrar otro capítulo

El Celta partirá hoy hacia Valencia con la idea de cerrar definitivamente el capítulo de la salvación y afrontar el último tramo de la temporada con otra clase de objetivos. Más ambiciosos y, seguro, más tranquilos. Por eso durante esta semana desde el vestuario se ha puesto tanto énfasis en la importancia del partido frente al Levante y en la necesidad de ganar. La situación liguera de los vigueses no invitaría a pensar en términos como "final" que en cambio sí se han manejado en el Celta en las últimas horas. Es la prueba de que la plantilla sabe que se enfrenta a la posibilidad de asestar el golpe definitivo en la pelea por alcanzar la primera de las metas que se plantearon cuando arrancó la temporada en el mes de agosto y parecen haber asumido de que no pueden dejar escapar la ocasión.

Los jugadores son conscientes de que la victoria en Orriols les envía, independientemente de lo que haga el resto de equipos que marchan también con 25 puntos, a diez puntos de la zona de descenso y saca de la ecuación lo que pueda suceder con el Almería y los tres puntos que la FIFA le impuso de castigo por una deuda pendiente con el Aalborg danés. Este asunto, al que ahora mismo no se da tanta importancia porque restan diez jornadas de Liga, cobrará verdadero dramatismo en las últimas fechas del campeonato si el TAS se retrasa. Con el recurso al Tribunal de Arbitraje pendiente, podría darse el caso de que hasta el final de Liga no se supiese exactamente la puntuación de uno de los equipos, lo que agitaría el desenlace del campeonato, dispararía al límite el número de combinaciones y regalaría al campeonato español otro de sus tradicional episodios kafkianos. Ahora mismo el Celta aventaja en diez puntos a la zona de descenso según la Federación Española; y en siete según la Liga de Fútbol Profesional. Solo el TAS decidirá exactamente a qué distancia se encuentra.

De ahí que la victoria sobre el Levante cobre una importancia especial. En caso de ganar el Celta dejaría el descenso a diez puntos independientemente de lo que sucediese con el Almería y su recurso. Con diez jornadas por disputar y un puñado de equipos por el medio esa circunstancia sería sinónimo de salvación.

En el Celta se han tomado el partido con ese convencimiento, con el de saber que la situación liguera les regala la posibilidad de echar el cerrojo a la permanencia y ponerse a pensar en otras cuestiones menos estresantes. Por ejemplo, en seguir trabajando con la plantilla con la mente puesta también en el siguiente ejercicio e incluso, si en la Copa y competiciones europeas se producen una serie de resultados concretos, pelear por el octavo puesto que en algún supuesto conduce a jugar en Europa.

Gran oportunidad

Por eso desde el vestuario los jugadores han insistido de forma insistente en que el partido es "vital" para el futuro del equipo por la oportunidad que se les ofrece de abrir un espacio gigantesco con la zona de descenso. Por mucho que se hable de los 42 puntos que garantizan la salvación, alcanzar 35 a estas alturas de temporada -sumado a ese importante margen con la zona baja- son una absoluta garantía. Ha habido semanas en las que la situación resultaba mucho más preocupante y en las que, sin embargo, el discurso que salía desde la caseta venía mucho más suavizado y era mucho más condescendiente con la situación del conjunto de Eduardo Berizzo.

En el lado contrario de este planteamiento está el hecho de que una derrota le puede devolver de nuevo al jaleo porque acortaría mucho las distancias en función de los resultados que cosechasen el resto de equipos que marchan igualados con el Levante en estos momentos (el Deportivo y el Almería en caso de que el TAS le diese la razón). La mejor manera de quitarse líos de encima y cerrar el episodio de la permanencia es encontrar una victoria y eso es lo que buscará el Celta mañana en el Ciutat de Valencia en uno de los campos que ha visitado poco, pero en los que ha encontrado casi siempre magníficos resultados.

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