El tiempo muerto de la discordia

Bolea desata la ira local al parar el partido en el minuto 57 con 25-32

Navia

Fernando Bolea, entrenador del Bidasoa, abandona la cancha abucheado por los aficionados académicos. "Eres un caballero", le grita uno con ironía. Sin ironía le gritan otras cosas. Puede resultar extraño. Bolea jugó de rojillo en 1995, cuando el gran Octavio. Es un hombre de gestualidad templada. Antes del encuentro estuvo charlando amigablemente con el presidente, Javier Rodríguez. Y la parroquia local había asimilado con buen talante la superioridad de los irundarras, que durante la presentación habían repartido por las gradas pastelillos de la firma culinaria que los patrocina. Es un tiempo muerto el que desata la tormenta.

Bolea lo solicita ya avanzando el minuto 57, con 25-32 en el marcador. Había pedido otro tiempo muerto en la segunda parte, un poco antes, pese a que la ventaja del Bidasoa jamás descendió de los siete goles. Entonces se consideró normal, de un entrenador interesado en los detalles. La segunda parada se entiende como una desconsideración. Bolea encoge los hombros. No cree que su decisión debiera molestar a nadie.

El enfado no solo afecta a los aficionados. Jabato se le reprocha. Y su saludo final con Bolea tiene poco de amistoso. Le sujeta la mano por retenerlo mientras intercambian pareceres. El técnico local relata su diálogo respecto a ese tiempo muerto: "No me ha gustado. Entiendo que está en su derecho. Yo he podido pedirlo en algún partido que he ido ganando, por ejemplo ante el Teucro, y no lo he hecho. Encima nos conocemos. Me ha pedido perdón. Me ha dicho que lo tiene para pedirlo. Le he dicho que muy bien, que es reglamentario, pero no me ha gustado. Esto es muy largo. Le he dicho que en el deporte, algunas veces, vienen de vuelta. No es una venganza, son situaciones a las que yo no les veo utilidad. Dice que tenía lesionados, historias... Él sabrá. Yo no lo hubiera hecho".

Jabato no pone reparos al triunfo del Bidasoa: "Ellos son un gran conjunto y hoy lo han demostrado. Tenemos que mirarnos a nosotros mismos, no opciones de play off ni otras cosas. No por no mirarlas, sino porque tenemos que trabajar y corregir mucho. Ellos han salido muy serios, muy enchufados. Creo que estábamos defendiendo bien, pero si les regalas balones, ellos te corren. Y no era un equipo que estaba corriendo mucho. Pero si les das el balón, te marcan".

Agradece que sus jugadores no bajasen los brazos: "La reprimenda del descanso se basaba en eso, en que no podemos regalar nada, estamos aquí y el esfuerzo es innegociable. Quisimos pelear cada balón. Hemos intentado ir a por la heroica. Era muy complicado. Al final hemos repartido minutos para todo el mundo, que todos intentasen jugar pero sabiendo que deben esforzarse mucho para seguir manteniendo un nivel".

Quedan ocho jornadas, en las que Jabato pretende que la plantilla mantenga la tensión competitiva: "Es cuestión de trabajo y actitud. Yo estoy encantado de cómo están trabajando, independientemente de que hoy no nos hayan salido las cosas. Había jugadores tocados, con gripe. No son excusas. Pero tampoco estábamos acostumbrados a eso. El ritmo de entrenamiento no ha sido como otras semanas. Es un equipo muy joven. El espíritu de pelea, a día de hoy, es lo mejor que tenemos".

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