Los errores del Celta

A Berizzo se le atragantan los cambios

Las dificultades del técnico para leer sobre la marcha las necesidades de los partidos se han traducido en un pobre provecho del banquillo - Las sustituciones se han hecho tarde y no sirvieron para influir en el marcador

A Berizzo se le atragantan los cambios

A Berizzo se le atragantan los cambios

Vigo

Eduardo Berizzo no se ha distinguido esta temporada por una eficiente gestión de los recursos del banquillo. El técnico argentino ha tenido más errores que aciertos para leer sobre la marcha las necesidades del equipo durante los partidos y rara vez ha sacado provecho a los cambios que, con frecuencia, han llegado demasiado tarde como para influir en el resultado. El dato es elocuente: después de 27 jornadas de Liga, el Celta no ha conseguido remontar un solo resultado adverso con los movimientos realizados por el técnico desde el banquillo.

La impresión general es que el Toto. Los resultados y los números del Celta avalan esta tesis. Salvo en contadas ocasiones, los movimientos realizados por el técnico desde el banquillo no han servido para mejorar las prestaciones del equipo y una gran parte de los cambios realizados por Berizzo pueden considerarse residuales, pues se han producido sin tiempo material para que el jugador que entra en el campo pueda llegar a tener alguna influencia en el juego.

El argentino-chileno Pablo Hernández representa, de un tiempo a esta parte, mejor que ningún otro futbolista celeste este ejemplo de cambio último insignificante que ha sido recurrente en Berizzo. El Tucu, como es conocido futbolísticamente, ha sido la tercera opción de cambio del preparador céltico en cinco de los ocho encuentros disputados por el conjunto celeste en la segunda vuelta y suma entre los cinco unos seis minutos sobre el terreno de juego, sin contar los descuentos. Y no ha sido el último cambio residual, pues Charles a principio de temporada y Larrivey, éste durante la segunda vuelta, han vivido una situación bastante parecida a la del internacional chileno.

En un par de ocasiones, el entrenador del Celta ni siquiera llegó a agotar los cambios a pesar de que el partido claramente lo requería. El caso más flagrante de esta problemática se produjo en Cornellà-El Prat, frente al Espanyol, en el último choque de la primera vuelta, que el Celta perdió tras marcar Felipe Caicedo el gol del triunfo perico a dos minutos del final. En aquel encuentro, Berizzo tan solo hizo un cambio (Sergi Gómez por Krohn-Dehli), cinco minutos antes de que Caicedo marcase el tanto del Espanyol. El propio técnico reconoció días después que no había sabido leer bien las necesidades del partido y admitió que debió haber agotado los cambios, aunque sólo fuese para perder tiempo y cortar el ritmo del rival.

Tampoco agotó los cambios Berizzo en el compromiso disputado en Balaídos frente al Valencia, en el que el Celta equilibró, con un gol de Orellana a la salida de un córner, el tanto anotado en al final del primer tiempo por el excéltico Rodrigo Moreno. Nolito suplió tras el descanso a Hugo Mallo, lesionado en el primer tiempo, y Borja Fernández entró por Augusto a 12 minutos del final con la idea de reforzar el control del juego en el medio campo. El entrenador celeste no agotó un tercer cambio para intentar ganar el choque a pesar de que en el banquillo contaba con recursos ofensivos que podrían haber mejorado al Celta en ataque, como Santi Mina o Álex López.

Desde el punto de vista del espectador, uno de los rasgos más desesperantes de la gestión del banquillo es lo mucho que Berizzo tarda en realizar los cambios. Esta demora es especialmente notoria en los dos últimos cambios, como demuestra el hecho de que en 14 de los 27 encuentros disputados hasta la fecha, las dos últimas sustituciones se ha producido en los 15 minutos finales del partido. En seis de estos encuentros, los dos últimos cambios llegaron en los diez minutos finales y no han sido muy raro que Berizzo haya realizado dos cambios en los últimos cinco minutos.

El técnico, en cambio, casi nunca ha movido el equipo antes de que finalizase el primer tiempo, salvo por lesiones o expulsiones, como ocurrió en el Martínez Valero con Krohn-Dehli, sustituido por Augusto en el minuto 23; con la tarjeta roja vista por Planas en el Sánchez Pizjuán (27) o la sanción sufrida por Hugo Mallo en el compromiso jugado en Balaídos frente al Valencia.

Las sustituciones en el Celta esta temporada suelen ser, además, previsibles. Quizá el caso más sintomático de esta circunstancia la represente Álex López, que ha pasado de el primer hombre en ser cambiado por Berizzo al primero en entrar desde el banquillo. El ferrolano comparte la condición de ser el primer cambio más repetido (9 veces) con el de ser el primer hombre que más veces ha entrado desde el banquillo (7). Larrivey es el segundo que más veces ha sido cambiado, mientras que Mina ha sido el segundo más habitual en entrar como primer cambio.

Uno de los cambios más repetidos ha sido el de Larrivey por Charles y, en menor medida, el de Charles por Larrivey. Nada raro puesto que el argentino y el brasileño se han ido alternando en un puesto en el que Berizzo no dispone de más especialistas. Lo curioso del caso es que el futbolista que entraba desde el banquillo ha dispuesto generalmente de muy pocos minutos como para poder haber sido de utilidad. Y en las cinco ocasiones en que ambos han coincidido juntos sobre en el campo ha sido por la necesidad más o menos desesperada de remontar.

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