Fue un coqueteo con el milagro. El Celta tiró de orgullo para intentar lograr una empresa que parecía imposible. Los hombres de Berizzo no cuajaron un buen partido en lo futbolístico, pero bastó con un planteamiento sólido atrás y un estilo vertical para poner contra las cuerdas a un Athletic que ha confirmado en Copa del Rey la imagen mostrada en los últimos partidos de Liga.

Berizzo creía en la remontada. El equipo también. El técnico argentino recuperó su 4-3-3 habitual para un once en el que las principales sorpresas eran los laterales. Sergi Gómez repetía en el costado derecho mientras que Samu experimentaba su debut con el primer equipo. El resto, lo previsible. Una formación de garantías para desatar, por lo menor, la alerta roja en San Mamés.

Y la alarma acabó llegando al coliseo de los leones. El Celta tuvo un primer tiempo dubitativo. La sala de máquinas no carburaba. El Athletic dominaba los compases iniciales gracias a su intensidad. El conjunto vigués fue despertando poco a poco. Sobrevivía a las acciones a balón parado y veía como las opciones de asaltar San Mamés eran viables. El primer acto concluyó con polémica. Un remate de Mina se encontraba en el camino hacia la portería de Herrerín con la mano de De Marcos. El eterno debate. Martínez Munuera deshojó la margarita y salió "involuntaria".

La grada de San Mamés no confiaba. El intermedio había dejado a un Celta que había creado peligro con un remate de falta de Orellana y con un Santi Mina que ponía en aprietos una y otra vez a Balenziaga. La reanudación fue similar al inicio de partido. El Athletic acosando a los celestes en los primeros minutos del segundo acto. Era un duelo con parecido al fútbol inglés en el que el centro del campo de ninguno de los dos conjuntos terminaba de carburar.

Esa ausencia de elaboración obligaba a los dos equipos a apostar por un estilo más directo. Predominaba la verticalidad. Sobre todo en el Celta, que explotaba una y otra vez la velocidad y el uno contra uno de Santi Mina y Orellana. Precisamente en un centro al área del delantero vigués llegaría el primer tanto para los visitantes. El envío del "7" celeste lo desvió al fondo de la red Etxeita. Un accidente. Un despeje que sorprendía a Herrerín e inyectaba más dudas a un "tocado" Athletic.

La proeza seguía lejos. Pero el ambiente estaba ya enrarecido. El Athletic mostraba sus nervios poco después, en una acción parecida a la del gol de Charles en el partido de ida. La zaga local despejaba hacia su propia portería una jugada a balón parado. El delantero brasileño del Celta volvía a cazar el regalo, pero en esta ocasión no podría batir a Herrerín al ser derribado por Mikel Rico. Penalti claro. Martínez Munuera vio la infracción y señaló el punto fatídico. Orellana tiró de galones. Dejó a un lado lo acaecido el sábado frente al Valencia y, en esta ocasión, engañó al meta y acabó transformando desde los once metros.

Quedaba media hora y San Mamés ya temía lo peor. El Celta había resucitado. Se había metido en la eliminatoria con dos zarpazos. Los cambios de Berizzo surtían efecto. La entrada de Borja Fernández había dado consistencia a la medular mientras que Bongonda era el elegido para aprovechar el hueco a la espalda que dejaba De Marcos. Fue entonces cuando Valverde movió banquillo. El técnico rojiblanco veía como se le iba la eliminatoria. Dio entrada a Aduriz y a Iraola. Los cambios dieron cierto aire al Athletic, que seguía explotando la vía de estrategia para inquietar a un Rubén que estuvo bien protegido por Cabral, Fontás y compañía. El mosense sólo se tuvo que emplear a fondo en un potente chut de Aduriz.

Berizzo agotó los cambios pronto. Apostó por el "Tucu" Hernández, con el que quería aportar algo de creación a una medular falta de elaboración y de claridad a la hora de dar el último pase. El chileno no logró brillar como en el Sánchez Pizjuán y el encuentro continuó siendo un toma y daca en el que las acciones a balón parado se antojaban determinantes.

Al final, el Athletic sobrevivió al orgullo de un Celta que se quedó a centímetros de lograr el pase a cuartos de una forma épica. La eliminación devuelve a los de Berizzo a la realidad de la Liga, una rutina que regresará el sábado a las 22:00 horas frente al Espanyol, un rival directo en la lucha por la permanencia. Ganar a los "pericos" supondría confirmar los buenos resultados cosechados ante Valencia y Athletic y, de paso, asentarse en la zona media de la tabla, el objetivo real marcado para esta temporada.

Ficha técnica:

Athletic: Iago Herrerín; De Marcos, Etxeita, Gurpegi, Balenziaga; Iturraspe, Beñat (Iraola, 62´), Mikel Rico; Muniain, Ibai (Susaeta, 67´) y Williams (Aduriz, 62´).

Celta: Rubén Blanco; Sergi Gómez, Cabral, Fontás, Samu; Radoja, Álex López (Bongonda, 51´), Augusto (Borja Fernández, 46´); Orellana (Pablo Hernández, 67´), Santi Mina y Charles.

Goles: 0-1: Etxeita (propia puerta); 0-2: Orellana (penalti).

Árbitro: Martínez Munuera (comité valenciano). Mostró tarjeta amarilla a Beñat, Mikel Rico y Gurpegi por parte del Athletic mientras que por parte del Celta vieron cartulina amarilla Sami, Pablo Hernández y Charles.