Sergio Álvarez, el Gato de Catoira, congeló ayer el tiempo para detener, con Balaídos conteniendo el aliento, un penalti a Mendujanin y entregar al Celta una victoria en el clásico gallego que se resistía desde hace siete años. El guardameta, que hace solo unos días salvó al conjunto de Berizzo en el Vicente Calderón con media docena de paradas magistrales, surcó en silencio el aire para evitar que el Deportivo rescatase un punto después de que Cabral, en un golpe de infortunio, cortase involuntariamente con la mano un centro de Sidnei al cogollo del área. La proeza de Sergio decidía un partido que el conjunto vigués manejó con manifiesta superioridad en un primer tiempo impecable, pero que se complicó tras la reanudación, cuando el Deportivo decidió por fin presentar batalla confirmando las dificultades que se está encontrando el conjunto de Berizzo para cerrar partidos que aparentemente parecen controlados. Tal como sucedió ante la Real Sociedad y el Atlético de Madrid, el Celta acabó pidiendo la hora, casi colgado del palo, con seis defensas sobre el campo achicando balones, después de haber apabullado a su rival en el primer tiempo y desperdiciado, en el segundo, un par de ocasiones para liquidar a su adversario

Golpeó el Celta antes de que su rival tuviese tiempo de darse cuenta. El equipo de Berizzo, que alineó a su once tipo, arrancó en tromba, sin opción para el Deportivo, que se dedicó a perseguir sombras nada más el balón echó a rodar. Y no tuvo el cuadro celeste que esforzarse para torpedear el portal de Lux. Le bastó un saque de banda para elaborar una rápida combinación ganadora. Planas sirvió a Larrivey, que prolongó para que Nolito hiciese diabluras. El sanluqueño dejó atrás a Laure, caracoleó para quebrar la cintura a Sidnei y descerrajó el portal deportivista con un disparo seco y ajustado al palo corto que Lux nada pudo hacer por detener. El portero blanquiazul, que finalmente no pagó los platos rotos por los ocho goles recibidos el sábado en Riazor, apenas si pudo lanzarse a la desesperada mientras el balón se colaba hasta el fondo de las mallas.

El madrugador tanto de Nolito, que suma ya tres en su cuenta, no alteró enérgico ritmo que el Celta imprimió al encuentro desde el silbido inicial. El conjunto de Berizzo acaparó la pelota y la hizo circular con criterio, dando amplitud al juego de medio campo pero apoyándose sobre todo en el desequilibrante talento de sus dos extremos, Nolito y Orellana, que pusieron constantemente en jaque a la atribulada zaga blanquiazul.

El Celta dominó la pelota y el tempo y no tardó en recuperarla cuando el Deportivo pudo, a duras penas, hacerse con ella. Es el de Víctor Fernández un conjunto aún deslavazado, obligado a construirse sobre la marcha, al que el Celta, más cohesionado y con las ideas más claras, bailó prácticamente durante todo el primer acto.Aunque la sensación de peligro rondó el marco de Lux, la defensa deportivista, con Laure muy activo en la marca de Nolito, se las compuso para desactivar las llegadas celestes.

Orellana cortejó el segundo tanto en el lanzamiento de una falta envenenado que se perdió por encima del arco blanquiazul. Fue la más clara de los celestes antes del descanso, aunque el chileno probó fortuna sin éxito con otro disparo lejano que se fue ligeramente alto. El Deportivo, que no llegó hasta los dominios de Sergio hasta pasada la media hora, apenas inquietó al portero celeste, que solo intervino para desviar a córner un peligroso centro desde la derecha de Hélder Postiga.

Las fuerzas se igualaron sin embargo tras el descanso. El Deportivo encontró pasillo por la banda izquierda del Celta y dio el primer aviso con un disparo mordido de Postiga que obligó a Sergio a realizar la primera estirada. La ocasión reactivó al grupo de Víctor Fernández, que, tras un posible penalti no señalado de Lopo a Nolito, empató con otro buen centro de Juanfran al punto de penalti, que Cuenca aprovechó para batir a Sergio. El empate encogió al Celta y dio alas al Deportivo, que se fajó en un intercambio de golpes con el Celta. Nolito rondó el segundo de los celestes con un trallazo desde fuera del área que Lux desvió con una gran estirada antes de que Mallo se adelantase a Fariña para evitar un mano a mano con Sergio. Krohn-Dehli replicó desde la distancia justo antes de que apareciese Larrivey para anotar el segundo gol del Celta a balón parado. El argentino se elevó por encima de la zaga blanquiazul para conectar un cabezazo imparable tras un lanzamiento de esquina botado con precisión por Nolito.Y el propio Larrivey pudo liquidar al Deportivo no mucho después tras recibir en el área un balón bombeado de Krohn-Dehli y quedarse mano a mano ante Lux, pero el portero adivinó la intención del artillero céltico de superarlo por alto.

Fue el último arreón del Celta en el partido porque el Deportivo no se rindió y en los minutos finales fue empujando a los celestes hasta acorralarlos junto a Sergio. Con más ambición que claridad fue el Deportivo ganando terreno hasta forzar, a dos minutos del final, un penalti con un centro que Cabral quiso atajar barriendo el suelo y le pegó involuntariamente en la mano.

Balaídos contuvo el aliento. Mendujanin colocó el balón en el punto fatídico y el estadio estalló en júbilo cuando el Gato voló con una estirada prodigiosa que evitó el empate. Siete años después el Celta vuelve a ocupar el trono del fútbol gallego.