- Quienes le han podido felicitar ayer en persona por su cuarto título le han visto radiante.

- No es para menos, la verdad. Estoy muy contento, muy satisfecho, no sólo por esta carrera sino por cómo ha ido toda la temporada. Creo que ha sido la mejor en cuanto a las Series Mundiales, con cuatro victorias, y estoy contento de que todo el trabajo haya dado sus frutos.

- ¿Se dio en Edmonton la carrera que usted pensaba?

- Fue una carrera más o menos tal y como la esperaba. No nadé todo lo bien que me hubiera gustado. En el agua hubo muchos golpes, fue una natación bastante agresiva. En bici esperaba que los Brownlee trataran de jugármela, porque era su única opción de ganar el Mundial, porque aunque ellos me ganaran, yo con un cuarto puesto ya me llegaba para ser el mejor del mundo.

- En la bici Alistair fue el más activo de los hermanos.

- Suponía que iban a intentar algo en bici, una escapada o provocar algún corte y la verdad es que tenían a mucha gente trabajando para ellos en el pelotón y eso generó un poco de tensión. Yo tenía que controlar a mi rival, que era Jonathan, y al final Alistair se acabó escapando. Al tener que controlar a Jonathan tuve que renunciar un poco a mis opciones de luchar por el triunfo en la carrera para poder asegurar el Mundial.

- ¿Le sorprendió que Alistair tirara dejando a su hermano atrás?

- Tácticamente, si jugaba a ganar el Mundial, fue un error. Eso está clarísimo. Pero, si Alistair lo que quería era ganar la carrera, hizo lo que tenía que hacer. Si lo que quería era ayudar a su hermano a ganar el Mundial, pues hizo lo que no debía.

- ¿En algún momento pensó que formaba parte de alguna estrategia de los británicos?

- Yo estaba atento a Jonathan por si más adelante decidía saltar y su hermano tomaba la decisión de esperarlo. Vigilé en todo momento la rueda de Jonathan y cuando vi que se iban tres, entre ellos Alistair, mantuve la calma. Por detrás llegó un grupo en el que venía Fernando Alarza, que debo decir que tuvo una actitud muy buena para ayudarme, y me preguntó si había que tirar para reducir las diferencias y le dije que no, que era una situación buena para mí realmente. El que salía perjudicado era Jonathan, que si quería era él el que tenía que moverse.

- En la carrera a pie todo cambió.

- A la hora de correr me encontré bien y enseguida vi que iba a poder defender mis opciones en el Mundial. Y por encima pude ganarle a Jonathan, que siempre es más bonito. Además el gran puesto de Mario Mola, adelantándole en la clasificación, pues fue un motivo más de alegría.

- Trabajar en conjunto les benefició a ambos.

- Yo sabía que Mario se jugaba esa segunda posición del Mundial con Jonathan y yo, a partir del kilómetro cinco de la carrera a pie, ya sabía que, salvo desgracia, iba a ganar el Mundial porque me estaba encontrando bien. Decidí endurecer la carrera lo máximo posible a ver si Jonathan cedía y en cuanto cedió Mario también vio la oportunidad y le dio continuidad a mi ataque. Yo gané el Mundial y logramos que Mario fuese segundo. Es algo importantísimo, que dos españoles hagan primero y segundo en un Mundial es algo que hubiera sido impensable hace algunos años y es algo para estar orgulloso.

- Cuando vio a Mola en la meta, esperándole para festejar, ¿qué se le pasaba por la cabeza?

- Yo ni intenté disputarle el segundo puesto. Desde luego que yo ya había conseguido mi objetivo y no estaba seguro de si hacer tercero a Mario le iba a valer para adelantar a Jonathan. Y así como los Brownlee hacen táctica de equipo en todas las carreras, decidí que era un buen momento para hacer lo mismo con un compañero y asegurarnos de que él también conseguiese el subcampeonato. Mario es un gran triatleta y un amigo. Somos rivales, pero si en algunas situaciones de carrera nos podemos ayudar, lo vamos a hacer.

- ¿Cuántas felicitaciones y llamadas ha recibido?

- No he podido ni ver mucho el teléfono. Tento un aluvión de llamadas y mensajes y no sé cómo voy a hacer para contestar a todo el mundo. Pero siempre es bonito, sobre todo los mensajes que te llegan del mundo del deporte. Es un orgullo. Quizá algunos medios no se han hecho el eco que esperaba, pero parece que el triatlón sigue siendo un deporte pequeño.

- ¿Cómo asume que le califiquen como un mito, una leyenda?

- Es algo difícil de asumir o de valorar. Cuando me retire y lo vea desde otra perspectiva podré valorarlo un poco más, pero mientras estás metido en las carreras, tampoco te vas a meter a pensar demasiado en lo que has hecho o en lo que has ido consiguiendo. Evidentemente ganar el cuarto título mundial me coloca como el triatleta con más mundiales de la historia, empatado con Lessing, pero también he ganado otras carreras, en otros circuitos, una medalla olímpica... Es mucho más de lo que jamás habría soñado, pero la dimensión de todo lo que estoy logrando la juzgaré y la valoraré en su justa medida cuando me retire, estoy seguro.

- Pero para eso todavía queda mucho, ¿no?.

- Sí, espero que sí. Me siento con ganas. Ya estoy pensando en la siguiente temporada. Objetivos, lugares para entrenar... Ya estoy dándole vueltas a la cabeza porque en este deporte, con el nivel que hay y la gente que viene detrás no hay margen para relajarse. Hay que seguir al pie del cañón y estar siempre buscando maneras de mejorar porque de lo contrario te acaban pasando por encima.

- ¿Luchará por el quinto mundial?

- Todavía no tengo muy claro cuál será el reto del año que viene, pero teniendo en cuenta que en 2016 son los Juegos de Río, planearemos la temporada en función de ese objetivo. Esperaremos a que salga el calendario internacional para ver si es factible intentar luchar por el quinto mundial o si es mejor centrarse en el Europeo, en una carrera de un día o veremos qué es lo que pasa. Pero por supuesto, una vez que tienes cuatro, por qué no intentar el quinto. Cuesta mucho, pero si la salud responde estoy seguro de que estaría en condiciones de luchar.

- ¿Su gran reto está en Río?

- A más largo plazo, el gran reto es Río. Espero poder llegar como a Londres, con opciones reales de medalla, sintiéndome competitivo. Luego en una carrera de un día pueden pasar muchas cosas, pero cuanto mejor preparado llegues más posibilidades tendrás de conseguir el éxito.