El "gigante" Javier Gómez Noya ha vuelto a llevar a Galicia a lo más alto del podio. No es la primera que alcanza la corona mundial de triatlón, ni la segunda, ni la tercera, sino ¡¡¡la cuarta!!!. Nadie en Galicia atesora semejante palmarés. En todo el mundo solo un británico, Simon Lessing, en los años 90 del pasado siglo alcanzó la gesta del atleta ferrolano. Su último entorchado en Edmonton, Canadá, fue seguido por cientos de miles de aficionados en todo el mundo. Así las cosas, a casi nadie se le escapaba que Noya era una apuesta segura para promocionar la marca Galicia por todo el planeta. Y decimos a casi nadie porque a estas horas a alguien en la Secretaría Xeral para o Deporte se le tiene que estar cayendo literalmente la cara de vergüenza por la ineptitud y torpeza manifiesta de no haber sabido aprovechar una ocasión de libro para hacerlo. Asombro y bochorno el que sienten todos los gallegos que el domingo contemplaban estupefactos el nombre y el emblema de la Región de Murcia en la camiseta de nuestro astro subido en la cima del podio. ¡¡¡Sí, sí, el de Murcia, no el de Galicia!!!

Para quitarse el sombrero ante la diligencia de los murcianos, para correr a gorrazos a sus homólogos en la Secretaría para O Deporte.