El vigués Fernando Zunzunegui, exjugador de Celta, Real Madrid y Levante, ganador de cuatro títulos ligueros y dos coperos con los merengues, falleció ayer a los 70 años de edad. Noticia que impacta a su viejo compañero en el eje de la zaga céltica, Antonio de las Heras Rotaeche, Antón Las Heras en el registro balompédico. "Hace sólo tres o cuatro días que estuve con Fernando", relata. "Tenía buen aspecto".

Las Heras asienta su perplejidad en su superior edad. Hace un mes que cumplió 79. Ya era de los veteranos en 1963, cuando Zunzunegui empezó a asomar por el vestuario de Balaídos. "Un chiquillo especial, individualista, con distinta forma de pensar y andar que yo, pero muy buena persona", recuerda el vasco, fichado del Barakaldo en 1956.

Zunzunegui, criado en el Chao del Casco Vello, llegaba tras aprobar el rito de madurez con el Turista. Agradó y se haría un titular fijo durante las temporadas 63-64 y 64-65. Precisamente formando pareja de centrales con Las Heras, que explica: "No era técnicamente habilidoso, pero tenía unas facultades físicas impresionantes. Eran muy rápido y explosivo. Cuando yo quería arrancar, él ya había salido disparado. Si el delantero rival se escapaba, Fernando lo cazaba enseguida. Y si le dabas el balón, intentaba pasar por encima de todos".

Aquel fue el Celta de la década ominosa. Estuvo en Segunda de 1959 a 1969, con la frustración de acariciar casi siempre el ascenso. Al club, en crisis, le vino bien que el Real Madrid quisiese fichar a Zunzunegui en 1965. Pagó por él millón y medio de pesetas, más la propiedad de Viñas y algunas cesiones. 63 partidos y 3 goles constituyen su balance estadístico como céltico.

El servicio militar dificultó su aterrizaje en el Real Madrid. Pero se asentó como gran secundario. Hasta 1973 disputó 112 partidos con la casaca blanca, anotó cuatro goles, conquistó cuatro Ligas (1967, 1968, 1969 y 1972) y dos Copas del Rey (1970 y 1974). Enfadado con Miguel Muñoz, acabaría su carrera en el Levante. Para la gloria, su gol de trallazo al Inter en la Copa de Europa; para la desgracia, su gol en propia meta ante el Barcelona en la final de la Copa de 1968; en el registro cotidiano, su fama de gran profesional.

Zunzunegui se alejó del escenario público cuando se retiró. Ha querido ser fiel a ese estilo en su despedida. Por su expreso deseo, la familia no quiere reconocimientos públicos si bien se guardará un minuto de silencio en Balaídos en el Celta-Real Sociedad del 13 de septiembre. A Las Heras le cuadra este epílogo: "Cuando nos encontrábamos paseando, hablábamos durante un rato. Pero enseguida me decía: 'Prefiero estar solo'. Y me decía adiós con la mano".