Sus palabras en el campus de Pablo Insua el pasado viernes fueron el detonante de su destitución fulminante al frente del club el martes por la mañana, pero por las explicaciones que dio ayer el presidente deportivista, Tino Fernández, parece que la relación se había ido erosionando desde que se logró el ascenso a Primera División hace ahora un mes y medio o incluso antes. Los reproches de Fernando Vázquez hacia lo que el consejo de administración entiende como un menosprecio hacia la secretaría técnica, los futbolistas a los que se ha tanteado en el mercado de fichajes e incluso hacia los integrantes actuales de la plantilla terminaron por liquidar la confianza en el técnico. "No voy a hablar de gota que colma el vaso, porque no es eso, pero quizá es un chorro", reconoció ayer un Tino Fernández que se expuso de manera rotunda y sin titubeos durante una comparecencia de aproximadamente una hora en el mismo escenario en el que un día antes el ya exentrenador deportivista lamentó su cese.

Las declaraciones de Vázquez en Arzúa ante una audiencia mayoritariamente compuesta por niños sentenciaron al técnico. Aunque las tiranteces entre ambas partes se habían producido anteriormente, ninguno de esos desencuentros había echo peligrar la continuidad del técnico. "Hay algo de antes, pero hay algo final", admitió Tino Fernández. Esas críticas de Vázquez, en las que dudaba de la capacidad del club para acudir al mercado y convencer a los jugadores, pusieron en duda a ojos del consejo la implicación del técnico en el proyecto para regresar a Primera División "No creo que alguien que esté ilusionado en un proyecto haga esas manifestaciones, con independencia de que ahora se quieran volver a explicar", resumió el presidente deportivista.

Las declaraciones del técnico escocieron en los despachos de la plaza de Pontevedra no tanto por el desaire que suponían hacia el consejo de administración, sin el desprecio con el que a juicio de la directiva se hablaba del trabajo de la secretaría técnica. "Creo que hay una crítica al trabajo de Ernesto Bello y Richard Barral, creo que también se puede interpretar una cierta crítica a nuestros jugadores actuales, parece que no tenemos a nadie, y creo sinceramente también que despista o descoloca a todos con los que estamos hablando", enumeró el presidente. "Si a ustedes les plantean cambiar de empresa y se enteran que su jefe habla de ustedes como quinta, sexta o séptima opción, supongo que alguna duda les generaría", añadió Tino Fernández dirigiéndose a los periodistas congregados en la sala de prensa del estadio de Riazor.

Lo ocurrido en Arzúa el viernes de la semana pasada cortocircuitó la afinidad que pudiera existir entre el presidente y sus consejeros e hizo aflorar todas aquellos aspectos que no terminaban de gustar de Fernando Vázquez en el día a día. Hasta entonces, hasta el pasado viernes, el entrenador mantenía la confianza de la directiva. Una confianza que sin embargo se esfumó tras las manifestaciones en el campus de Pablo Insua. "Para nosotros estaba absolutamente confirmado a la finalización de la temporada, no había ninguna duda ni había ningún entrenador trabajado", aseguró Tino Fernández.

Sus manifestaciones en Arzúa, sin embargo, sacaron a la superficie unos problemas que anidaban desde el final de la temporada. "En ese periodo", desveló ayer el presidente; "Fernando Vázquez solo vino al club un día". "Las contestaciones a los teléfonos", añadió; "suelen ser pocas y tarde, contestando a la llamada horas después o días después".