La decisión ya estaba tomada cuando Fernando Vázquez visitó ayer por la mañana la sede del Deportivo para dar explicaciones al presidente, Tino Fernández, sobre sus declaraciones del pasado viernes en Arzúa, donde se refirió a las dificultades del club en el mercado de fichajes. Ni siquiera le dieron la oportunidad de defenderse y argumentar lo que, según el técnico, solo fueron "unas palabras malinterpretadas". "Pensé que me iban a escuchar, pero el consejo tenía la decisión tomada. No se me dio la oportunidad de explicarme, ni siquiera tuve un juicio", lamentó el de Castrofeito en la sala de prensa de Riazor inmediatamente después de conocer su salida: "No merezco este golpe. Es injusto. Me están robando algo que gané deportivamente. No le fallé al club. No comparto la decisión del presidente. Creo que se está equivocando de plano en su juicio de valor y así se lo hice ver. Nunca critiqué a la directiva, ni a la secretaría técnic a, ni me quejé de los fichajes.".

La mañana, frenética, comenzó con la reunión en la sede social de la plaza de Pontevedra y continuó luego en el estadio, cuyas escaleras de acceso al terreno de juego subió Vázquez por última vez tras despedirse y agradecer a la afición todo el cariño recibido desde su llegada al Deportivo, el 11 de febrero de 2013. Vázquez dijo adiós emocionado, casi con lágrimas en los ojos, mientras que el club, por su parte, se limitó a hacer público un comunicado oficial en el que expresó su "falta de confianza" en el técnico que devolvió al Deportivo a Primera División. "La falta de confianza del consejo de administración hacia el entrenador ha provocado la toma de esta decisión en un momento en el que, sin haber comenzado todavía la pretemporada, es todavía posible reconducir la situación creada para generar, en la primera plantilla y en toda la estructura profesional del club, el ambiente de confianza necesario", argumenta el club, cuyo presidente tiene previsto comparecer esta tarde (19.00 horas) para hablar de la salida de Vázquez y de su relevo.

La decisión de prescindir del técnico se produce seis días antes de que la primera plantilla inicie la pretemporada en Abegondo y casi mes y medio después de que el pasado 31 de mayo el equipo certificara el retorno a la máxima categoría. Desde entonces Vázquez ha seguido trabajando para el club de cara con la única idea de afianzarlo en Primera. Sus declaraciones del pasado viernes en Arzúa fueron el "pretexto" del club para tomar una decisión que Vázquez intuye que "viene de más atrás". "A mí me ficha Lendoiro. Hubo un cambio de presidente y, por mucho que se diga, es posible que yo no fuera el entrenador de este presidente. Pensaba que en ese sentido no había ningún tipo de dudas, pero ahora me empiezan a entrar, sobre si esto viene de atrás". En ese sentido se siente traicionado, porque "solo te pueden traicionar aquellos que crees que son tus amigos; los enemigos no te traicionan, te fallan". Nunca temió por el puesto pese a algunos rumores que le llegaron -"a tu alrededor puedes escuchar cosas, pero nunca hice caso de eso"- y Tino Fernández, hasta ayer, siempre le transmitió total confianza en ese sentido: "El presidente decía una cosa y yo le creía. Creía en el presidente, en lo que me decía. Es posible que yo no fuera su entrenador, realmente. Si no era su entrenador, me gustaría que me lo dijera un poco antes y posiblemente tendría un contrato firmado en otro lado". La medida, en cualquier caso, le parece desproporcionada: "Es como si robas un chorizo y te meten 50 años de cárcel". Ahora se queda casi sin margen para encontrar equipo, pero se declara "superanimado" para seguir ligado a los banquillos.

La noticia lo dejó "en estado de shock, estupefacto y asombrado", porque no se podía imaginar que algo así pudiera suceder a raíz de sus declaraciones del pasado viernes en el campus Pablo Insua, donde analizó las limitaciones del Dépor para reforzarse. "La opción uno podría ser la bomba, pero generalmente vamos a la opción cinco, seis, siete? Nunca conseguimos de verdad lo que nos proponemos", afirmó ante los asistentes en un ambiente distendido. Ayer tenía previsto ofrecer una rueda de prensa a las 13.00 horas para explicar esas palabras públicamente y luego, a las 17.00 horas, reunirse con Tino Fernández. Eran los tiempos marcados inicialmente, pero el club los adelantó citándolo a las 11.00 horas para comunicarle la destitución sin darle la oportunidad de que antes pudiera exponer su versión de los hechos. Tras conocer el cese, Vázquez insistió en que con sus palabras en Arzúa en ningún caso quiso perjudicar al club ni criticar la labor del consejo o la secretaría técnica: "No hay una relación causa efecto entre la posible falta que pude cometer, y que para mí no cometí, y el efecto de un despido. Eso es para mí lo más sorprendente y lo que me lleva a pensar que es posible que yo ya no tuviera la confianza absoluta del presidente".