El triatleta vigués Antonio Serrat se confiesa plenamente "satisfecho" por la medalla de plata cosechada en el campeonato de Europa de Kitzbühel (Austria) en la categoría júnior. "El objetivo era hacerlo lo mejor posible, como el de todos los que estábamos allí, supongo, y la verdad es que estoy muy contento", dice Serrat tras una suave sesión de entrenamiento ayer en la piscina.

Pese a competir el domingo en el relevo mixto, no hubo descanso para el triatleta, que aterrizó ayer mismo en Peinador. Tras una visita a Aída Valiño (que sufrió un accidente en Oia el fin de semana mientras se entrenaba), con la que compartió club hasta el pasado año, volvió al trabajo. "Fue un entrenamiento suave, pero ahora me tomaré una semana de descanso, para coger fuerzas para lo que viene", prosigue.

Nada menos que el Mundial de Edmonton, en Canadá, será su próximo objetivo. "La plata en el Europeo me da la clasificación. No era un objetivo que tenía fijado, para ser sincero, y ni siquiera sabía cuándo se celebraba, pero me hace mucha ilusión y esta medalla me da más fuerzas, si cabe, para entrenar".

El vigués asegura que antes de competir en Kitzbühel (Austria) contemplaba la opción de hacer podio, pero era consciente de la dificultad de lograr metal en una carrera de tal exigencia. "Asequible nunca es. Siempre en una cita de este nivel te tienes que esforzar al máximo", añade Serrat, que hace dos semanas se colgó también la plata en el Europeo de Duatlón, celebrado en Pontevedra.

Para Serrat, resulta fundamental la "experiencia" a nivel internacional que le dan este tipo de competiciones, pero anuncia que "donde hay que demostrar el nivel es en la categoría absoluta". "Aún queda mucho por delante y estoy satisfecho ya no sólo por la posición, sino porque en júnior lo más importante es coger experiencia y saber moverte en este tipo de carreras rápidas", explica.

Forjó su plata con una carrera inteligente ya desde el primer sector. "Salí del agua entre los veinte primeros", indica. "Fue una buena natación y eso me permitió no tener que pelear desde posiciones muy retrasadas". En la bicicleta también tuvo "controlada la situación". "Era un circuito no muy duro, pero sí con curvas complicadas y una zona adoquinada que hacía que tuvieras que estar atento a los pinchazos o a cualquier posible fuga", añade.

En la carrera a pie, tras la primera vuelta, logró meterse en el grupo de escapados, formado por otros tres rivales más. "A falta de unos dos kilómetros el alemán se quedó más rezagado. Ahí me dije a mí mismo que tenía que pelear hasta el final por la medalla". Ya la tenía a su alcance. El galo Raphael Montoya lanzó un último ataque que le dio el oro. El vigués resistió y pudo adelantar al otro francés, Maxime Hueber-moosbrugger, para adjudicarse la plata que le confirma como uno de los triatletas con más proyección del panorama nacional.

Pero Serrat no quema etapas antes de tiempo. "Esta medalla me deja muy buen sabor de boca, y espero que haya muchas más como ésta", anuncia.

El vigués prefiere ir poco a poco. A sus 19 años, todavía es consciente de que le queda un largo camino por delante para ser como el gran referente nacional del triatlón, Javier Gómez Noya.

"Está claro que sueño con estar algún día ahí, en la élite. Pero aún queda mucho. Antes de brillar a nivel internacional tienes que hacerlo bien aquí, y por suerte en España hay muy buen nivel. Antes de ser el mejor en carreras internacionales, tienes que ser el mejor en tu país", analiza.

La opción de disputar algún día unos Juegos Olímpicos tampoco le obsesiona: "Quedan muchos años para eso. El tiempo lo dirá".

Se ha ganado un descanso y un billete para Edmonton. Junto a Omar González, su entrenador, empezará a perfilar el verano para llegar lo mejor posible al Mundial. La plata del Europeo le ha dado alas.