A diez días del inicio de la pretemporada, el Celta de Eduardo Berizzo tiene prácticamente perfilado su frente a ataque pero presenta demasiadas dudas en defensa, que está por definir, pues faltan por incorporar dos zagueros, y sobran piezas en la zona central.

El club se ha movido con agilidad y destreza en el mercado para reforzar el equipo con dos contrastados atacantes: el delantero centro Joaquín Larrivey, al que avala su excelente campaña con el Rayo Vallecano (12 goles), y el media punta Pedro Pablo Hernández, futbolista de moda en el emergente fútbol chileno y una petición expresa del Toto, con el que el nuevo técnico pretende cubrir el vacío dejado por Rafinha Alcántara.

Con la incorporación de ambos futbolistas -Hernández llega al final hoy a Vigo para firmar el contrato que lo vinculará al Celta por las dos próximas temporadas-, el preparador celeste cuenta con una abultada nómina de atacantes: Larrivey, Hernández, Charles, Santi Mina, Orellana, Nolito y Jota, que regresa tras consagrarse con el Eibar como uno de los mejores jugadores de Segunda División la pasada temporada. Y aunque el club no renuncia al sueño de repescar a Iago Aspas, si finalmente el moañés se pone a tiro, el frente de ataque céltico está cubierto con más de dos hombres por puesto.

Las certezas en ataque se tornan dudas en la defensa, que está incompleta y por definir. La principal carencia la tiene Berizzo en las bandas, donde solo cuenta dos laterales diestros, Hugo Mallo y Jonny, aunque el vigués ya demostrado que puede ocupar perfectamente el carril izquierdo. El club busca en el mercado un lateral izquierdo (suena el francés Arthur Masuaku, del Valenciennes,) y quiere incorporar también un defensa central, una posición en la que, sobre el papel, sobran efectivos.