Messi llega al Mundial con ganas de olvidar una difícil temporada en el Barcelona. En Argentina le esperan como el elegido que ha de llevarlos a la gloria. Messi es algo más que el capitán de la albiceleste, es el hombre encargado de reverdecer viejos laureles.

En el primer envite, en la fase de grupos, Argentina no debería de tener demasiados problemas para superar a rivales en principio inferiores. Y es que el arsenal ofensivo del equipo dirigido por Alejandro Sabella es impresionante. Messi, Agüero, Higuaín y Di María son todos jugadores capaces de desequilibrar un partido por sí solos. Más problemas tienen los argentinos conforme se echa la mirada hacia atrás. La falta de solvencia defensiva es uno de los grandes lastres de este equipo. Para intentar buscar el equilibrio entre ataque y defensa estará el jugador del Barcelona Mascherano, mediocentro con Argentina, su posición natural, y central con el conjunto azulgrana.

Entre los 23 jugadores convocados por Sabella se encuentra el céltico Augusto Fernández, que se ha recuperado del esguince de rodilla que sufrió ante el Real Madrid.

Y para tratar de dar la réplica a un histórico como Argentina llega un debutante en un Mundial, Bosnia. Juventud, frescura, talento y muy poco que perder son los principales avales del combinado bosnio. El seleccionador que ha llevado a Bosnia a su primer Mundial es Safet Susic. Él sí tiene experiencia en esta competición, que jugó con Yugoslavia en 1982 y 1990. Susic, nombrado el mejor jugador bosnio de todos los tiempos, ha logrado llevar a su país por primera vez a un Mundial practicando un fútbol ofensivo y muy vistoso, con una media de casi tres goles por partido.

La gran sorpresa en la convocatoria bosnia ha sido la presencia de tan solo dos delanteros, Dzeko e Ibisevic. Dzeko, delantero del Manchester City, es la gran estrella del equipo bosnio y el máximo artillero en la historia de esta selección. Las opciones de clasificarse para los octavos de final para Bosnia pasan en gran medida por el acierto de este delantero de 1.93 de altura.

Nigeria ha vuelto a la élite y quiere dar buena muestra de ello en este Mundial. Llegan tras conquistar la Copa de África y poner fin a 19 años de sequía de títulos. Los africanos llegan con un equipo compensado y sin grandes estrellas. El timón lo lleva John Obi Mikel. El jugador del Chelsea es el motor y el líder de este combinado, el encargado de hacer jugar al resto del equipo. En la delantera tienen a jugadores rápidos y con gol como Emenike (Fenerbache), Moses (Chelsea) o Musa (CSKA Moscú).

Y la gran desconocida del grupo F es la selección de Irán, aunque la de Brasil será su cuarta participación en un Mundial. Dirigida por el portugués Carlos Queiroz, que fuera técnico del Real Madrid, tiene a su gran estrella en el delantero del Standard de Lieja Reza Guchaneyad, nominado a mejor jugador de Asia en 2013.