Si hay un grupo en el que es difícil pronósticar qué dos equipos van a pasar a octavos ése es el que componen Rusia, Bélgica, Corea del Sur y Argelia. En principio, el papel de favorito es para Rusia, que, bajo la férrea disciplina del técnico italiano Fabio Capello, logró la clasificación con solvencia y obligando a Portugal a ir a la repesca. El gran reto de Capello es dotar a Rusia de mentalidad ganadora y de una mayor capacidad para competir en grandes citas.

Doce años después de su última participación en un campeonato del mundo, Rusia afronta el reto de Brasil con una selección renovada, en la que no estarán algunos de sus más recientes ídolos, como Arshavin, Pavlychenko o Zyriánov. En su lugar, el técnico italiano ha dado los galones a jóvenes como Alexandr Kokorin, estrella emergente del fútbol ruso, y a otros menos llamativos pero capaces de hacer una labor oscura como Glushakov, Fayzulin o Samédov. La estrella, Kokorin, jugador del Dinamo, es un futbolista con facilidad para hacer gol y además puede jugar en varias posiciones: delantero, mediapunta e incluso extremo.

Las quinielas para ver quién puede ocupar la otra plaza en octavos se dividen casi a partes iguales entre la emergente Corea del Sur, en la que está el excéltico Park Chu Young, y la potente Bélgica. Pero atendiendo a la plantilla que presenta la selección belga da la sensación de que están un poco por delante. Tan solo hay que mirar los equipos a los que pertenecen los jugadores belgas, la mayoría en conjuntos fuertes de la liga inglesa. Y encima cuentan con un seguro de vida en la portería como es Courtois, del Atlético de Madrid.

Marc Wilmots, estrella del equipo belga en los 90 y presente en la última cita internacional a la que acudió su país, el Mundial de Corea y Japón de 2002, es ahora el seleccionador. Y como estrella sobre el terreno de juego, los belgas cuentan con el delantero del Chelsea Eden Hazard, toda una garantía.

Corea del Sur, por su parte, parece que llega a este Mundial con una plantilla más floja que en citas pasadas. Aún así, su objetivo sigue siendo pasar la primera fase, como ya hizo en Sudáfrica. Su gran referente es el delantero Park Chu Young, que realizó una buena temporada con el Watford, de la segunda división inglesa.

La incógnita del grupo es Argelia, única selección árabe en la cita brasileña. Con jugadores formados en su mayoría en Europa, Argelia aspira a dar la sorpresa.