3 de junio de 2012. Se cumplían los pronósticos. El Celta hacía los deberes en Balaídos y cosechaba un empate ante el Córdoba que le permitía firmar el ascenso a Primera División tras un final de foto finish en el que superó al Real Valladolid. Se cumplen dos años de la que posiblemente sea una de las fechas más importantes de la historia reciente del club vigués. El retorno se produjo tras una travesía en el desierto que duró un lustro.

Esos cinco años alejados de la élite sirvieron para construir un proyecto de cantera que ha llevado a Fútbol Draft hacer una mención especial al trabajo que realiza el Celta con el fútbol base. Aquel 3 de junio de 2012 el equipo que comandaba Paco Herrera buscó sellar el ascenso con siete canteranos en su once inicial. La columna vertebral de aquella plantilla que logró el retorno a la máxima categoría se formó en la factoría de A Madroa, destacando sobre todo el papel de un Iago Aspas que acabó el curso como máximo goleador nacional de Segunda.

Hace dos años se daba el primer paso. Balaídos mostraba su fuerza. El coliseo vigués presentaba sus mejores galas para festejar una nueva gesta tras un lustro en el que se coleccionaron decepciones. La última, la de Los Cármenes, sirvió para construir ese ascenso. Esa derrota sirvió para unir a la afición con el equipo de Paco Herrera. El Celta también enganchaba a los más jóvenes. La comunión era total. El plantel se matizaba con las llegadas de Mario Bermejo, Natxo Insa, Oier Sanjurjo y Fabián Orellana. Los cuatro fueron protagonistas de aquella fiesta de hace dos años. Sólo sigue el chileno, fundamental también en la consolidación en la élite.

El equipo muta. Continúa la transformación. Pero el celtismo no olvida aquella gesta. Aquella raíz de lo que es el conjunto vigués actualmente sigue vigente. El Celta celebra dos años en Primera División, codeándose con los más grandes y dando los pasos correctos para confirmarse como una de las potencias del fútbol nacional.