Vanessa Pérez, de 31 años, participará este año en su primer Rías Baixas. Desde que era una niña asistía con sus padres como aficionada a ver pasar los coches por los tramos. Este fin de semana podrá cumplir su sueño de ser ella la que pilote un Renault Clio Sport, midiéndose a pilotos de renombre como los Vallejo, Meira o Fuster.

La piloto de Salceda de Caselas es una de las dos únicas mujeres que compiten como piloto en las bodas de oro del Rías Baixas. Para ambas será su primera participación. En la lista de inscritos también figura la vasca Zihara Esteban, que proviene del mundo del karting y que afronta este año su primera temporada en el asfalto con una beca RMC.

Dos mujeres en un territorio menos hostil de lo que pueda parecer. Vanessa Pérez asegura que los pilotos la han acogido bien, y siempre se han mostrado muy atentos y colaboradores con ella. Su hermano Jorge Pérez Oliveira es uno de los habituales del Campeonato Gallego. En esta ocasión hará de asesor. "Estará en la asistencia, dando consejos, haciendo de todo. Creo que él lo pasará peor que yo", bromea.

Se dedica a los rallyes desde 2007, afición que compagina con su trabajo como profesora de una autoescuela. Todo relacionado con el motor. Su mayor hándicap para dedicarse a esto no es ser mujer, sino la falta de ayudas y el elevado presupuesto que hace falta para poder competir. "Da igual que seas hombre o mujer para dedicarte a esto. Lo que hace falta es dinero. Es muy caro competir y yo siempre digo que en lugar de ir de vacaciones meto el dinero en una huchita para poder hacer lo que de verdad me gusta", explica. El año pasado montó un Renault Clio para el Rally Sur do Condado. Poco a poco va introduciendo mejoras. Aunque su madre tiene un taller, reconoce que sabe "poco" de mecánica, aunque "no soy de las que le importa mancharse las manos de grasa".

La gente joven la anima y la apoya. "Entre la gente más mayor, pues hay de todo", reconoce. "A mucha gente le cuesta entender esto como un deporte y no ven más allá que una mujer al volante, pero son los menos. Siempre me he sentido querida y bien tratada", insiste.

Pese a su valentía a la hora de ponerse a los mandos de un vehículo de competición, se confiesa incapaz de ejercer las labores de copiloto. Para esta edición a su lado se sentará su novio, Alejo Souto, que habitualmente compite junto a su hermano en las citas del Autonómico. "Yo soy muy nerviosa y para ser copiloto hay que ser más tranquilo y ordenado", dice.

En esta edición del Rías Baixas habrá un total de 14 copilotos mujeres. Una cifra significativa que refleja que las mujeres se están atreviendo cada vez más a probar suerte en un mundo predominantemente masculino. Algunas de ellas ejercen su tarea desde hace años. "La verdad es que cada vez sí que se nota que hay más chicas", dice Vanessa. "Sobre todo como copilotos. Tenemos el mismo derecho que los hombres y en cualquier ámbito una mujer puede desarrollar cualquier actividad igual o incluso mejor que un hombre". En este sentido, Vanessa Pérez apunta que "una mujer copiloto puede ser incluso más cuidadosa y ordenada con las notas, fijarse más en los detalles o tener más paciencia", sentencia. Las mujeres toman los mandos.