La eternidad les pertenece. Siempre serán queridos en una localidad como Eibar. En esta localidad industrial, ideal para que se forjen las futuras estrellas del fútbol español, comenzaron a despuntar nombres como Xabi Alonso o David Silva. Sin embargo, Jota Peleteiro ha ido más allá en su "Erasmus" en el conjunto armero. El canterano del Celta logró lo que no pudo hacer el talentoso jugador canario, permitir a los azulgranas jugar por primera vez en la historia con la élite del balompié nacional.

Eibar recordará para siempre a la plantilla que ha dirigido a la perfección Garitano. El curso de los azulgranas ha recordado al del Atlético de Madrid en Primera División. Muchos pronosticaban su caída, pero ésta no se produjo. Predominó el colectivo sobre lo individual. También la humildad fue clave para que ambos conjuntos se mantuviesen en la cumbre. El cuadro vasco, liderado por un Jota Peleteiro que venía de pasar un curso testimonial en el Real Madrid Castilla, acabó sellando el ascenso a falta de dos jornadas. No sólo estará entre los más grandes, sino que lo consigue con tiempo suficiente para que su luchadora e incombustible afición pueda saborearlo con tranquilidad.

La buena noticia para el Celta ha sido la explosión de Jota. El de A Pobra do Caramiñal ha cumplido las expectativas generadas en Juveniles o en el filial. Su primer año en Segunda fue para olvidar. No tuvo oportunidades en el Real Madrid Castilla y tampoco encontró cobijo en el equipo que comandaba Luis Enrique. Eibar le abrió las puertas. Un recién ascendido para intentar asentarse en la categoría de plata. El resultado fue espectacular. Acabó por convertirse en uno de los mejores futbolistas de la categoría. Podría ser claramente el "MVP" junto a otro futbolista formado en A Madroa, Denis Suárez.

Jota Peleteiro supo tirar de galones en el tramo decisivo del curso. El Eibar llegaba bien posicionado, pero podía entrar el vértigo. Seguían las dudas. El factor presión podía pasar factura. La cita de Riazor se auguraba como el test definitivo y los hombres de Garitano no defraudaron. Pudieron ganar ante un conjunto coruñés que acabó desquiciado por la calidad del futbolista formado en la factoría de A Madroa. Su tanto del empate suscitó polémica. Su rabiosa celebración indignó a Riazor, pero en la grada había familiares y amigos. También la hinchada del equipo que le permitió mostrar su calidad. Era un festejo que acercaba a los armeros a Primera División. Siete días después Jota volvió a ejercer de futbolista franquicia. Firmó el gol del triunfo frente al Alavés, una victoria por la mínima que entra en la historia de un Eibar que militará la próxima campaña entre los más grandes del fútbol español.