"Es una derrota muy dura, ahora hay que levantarse"

Rudy Fernández jugó con un dedo de la mano derecha roto

Carroll, Díez y Reyes, desconsolados. // Daniel Dal Zennaro

Carroll, Díez y Reyes, desconsolados. // Daniel Dal Zennaro

AGENCIAS

MILÁN

El capitán del Real Madrid, Felipe Reyes, que tuvo una puesta en escena espectacular en la primera mitad (12 puntos y varios rebotes ofensivos) pero que apenas pudo aportar algo en el segundo tramo del choque, fue de los que dio la cara después de un resultado especialmente traumático para el Real Madrid. "No ha podido ser. Es una derrota muy dura por la temporada que estábamos haciéndolo y porque queríamos levantar el título por la afición", aseguró al término de la final de la Euroliga.

Reyes, que lleva diez años en el Real Madrid, desde que llegó de Estudiantes en 2004, acumula una nueva decepción en la Euroliga, un torneo que el club blanco no gana desde 1995. "El año pasado no pudimos ganar y este año tampoco. Es duro. Ahora hay que levantar la cabeza. Hay que ser buenos profesionales y remontar la temporada para poder levantar la Liga. Hay que haganrla como sea", añadió en declaraciones a Realmadrid TV.

Rudy Fernández, alero del Real Madrid, ha afirmado, tras la derrota de su equipo en la final de la Euroliga ante el Maccabi Tel Aviv, que "hay que estar muy orgullosos" del torneo que han hecho.

"Hemos dado lo máximo y se nos ha escapado por pequeños detalles. El año que viene va a ser una competición muy dura y lo vamos a volver a intentar en Madrid", afirmó el balear en los medios del Real Madrid.

"Hay que estar muy orgullosos de la Euroliga que hemos hecho. Estos partidos se ganan por pequeños detalles. Ellos han estado mejor al final y son dignos campeones. Ahora tenemos que seguir e ir a por la Liga", dijo Rudy, que jugó con una fractura en un dedo de la mano derecha. Aunque comenzó como el jugador más entonado, con ocho puntos casi consecutivos y numerosas intervenciones tanto en defensa como en ataque, el maltrecho estado físico acabó pasándole factura y no fue el factor decisivo que se esperaba en los momentos cruciales.

Peor estuvo Sergio Llull, que ha afirmado que se siente "bastante culpable" de la "dolorosa derrota" de su equipo en la final de la Euroliga ante el Maccabi Tel Aviv. "No pudo ser. Me siento bastante culpable de esta dolorosa derrota por mi mal partido", escribe Llulle en su cuenta de Twitter, en la que añade: "Triste y decepcionado conmigo mismo. Toca levantarse y seguir trabajando".

Asimismo, Llull felicita al Maccabi, al que considera "justo vencedor", y da las gracias a su afición "por el apoyo". "Os debemos una", afirma.

En la final, Llull no anotó punto alguno tras fallar los seis triples que intentó y la única canasta de dos puntos que intentó. Capturó dos rebotes defensivos y repartió ocho asistencias.

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