El Celta se despide de Balaídos tumbando a un coloso

Una despedida por todo lo alto. El Celta ha decidido dejar lo mejor para el final. La tranquilidad aumenta su potencial futbolístico. Desde que logró la salvación todo sale de cara. Hace una semana metió en aprietos al Osasuna. Hoy apartó de la Liga al Real Madrid. La empresa era complicada. El contraste de presupuestos es patente, pero la idea romántica por la que apuesta este club permite firmar proezas como la que ha conseguido el equipo de Luis Enrique.

El estilo no se toca. Lo saben desde el club hasta el banquillo. Luis Enrique quizás sea el que mejor representa esta idea. El preparador asturiano lo ha demostrado a lo largo de la campaña. Hoy no podía ser menos. Daba igual el adversario. La apuesta volvía a ser ambiciosa. Krohn-Dehli actuaría como pivote defensivo mientras que Rafinha y Charles, la pareja brasileña, era la elegida para derribar, junto a Nolito y Orellana, la muralla blanca.

El duelo fue disputado. Predominó la igualdad. La balanza la desequilibraron los pequeños detalles. Cuando los matices importan, todo parece que caerá del lado del poderoso. Sin embargo en este caso no fue así. Sergio Álvarez apartó al Real Madrid de la Liga. Sus paradas impidieron a Isco y Morata reivindicarse. Ambos jugadores no vieron puerta. El gato de Catoira logró dejar por tercera vez esta temporada el cerrojo. No recibió goles. Todo lo contrario de su compañero Diego López, víctima de dos errores clamorosos de Sergio Ramos y Xabi Alonso. Charles, que obtuvo el premio a su lucha, supo definir a la perfección. Se deshizo en ambas acciones del meta gallego para posteriormente mandar el balón a la red. Dos movimientos con cierto paralelismo a Romario para llevar el delirio a una afición que ya disfrutaba del plato fuerte de su fiesta.

Un tanto al filo del intermedio y otro mediada la segunda parte. Así se decantó el partido. El Real Madrid tuvo opciones de empatar, pero se encontró de nuevo con un sensacional Sergio Álvarez. El planteamiento de Luis Enrique también fue determinante. Supo plantar a la perfección una zaga estática, precisamente el tipo de defensas que le cuesta derribar al Real Madrid. Ni los "creativos" Isco ni Modric doblegaron la idea del preparador celeste.

El segundo gol de Charles fue un mazazo para el cuadro de Ancelotti. El Celta daba otro paso hacia el triunfo. Lo hacía superando la lesión de Augusto Fernández, que abandonaba minutos antes el terreno de juego en camilla. Álex López ocupaba su lugar. El Real Madrid bajaba los brazos. No sacaba provecho del balón parado e incluso podía sufrir algún otro tanto de los vigueses, pero Nolito y Mario Bermejo, que remató al palo, no estuvieron acertados de cara a portería.

La sorpresa final fueron los fuegos artificiales. Pero estos tres puntos saben a gloria. No es la salvación, pero el Celta demuestra que tiene mimbres para considerarse uno de los diez mejores equipos del fútbol español. Esta victoria permite al equipo de Luis Enrique afianzarse en la octava posición, a las puertas de Europa, un puesto que muchos consideran como el "campeón de los humildes". El sábado toca refrendar esa plaza en Mestalla ante el Valencia, otra forma de poner el broche de oro a una campaña en la que el cuadro vigués se ha consolidado en la élite.

Ficha técnica:

Celta: Sergio; Jony, Cabral, Fontás, Aurtenetxe; Krohn-Dehli, Augusto Fernández (Álex López, 56´), Rafinha (Madinda, 71´); Orellana, Nolito y Charles (Mario Bermejo, 65´).

Real Madrid: Diego López; Arbeloa (Coentrao, 55´), Nacho, Sergio Ramos, Marcelo; Casemiro (William José, 68´), Xabi Alonso, Khedira (Illarramendi, 55´); Isco, Modric y Morata.

Goles: 1-0: Charles (42´); 2-0: Charles (63´).

Árbitro: Hernández Hernández. Mostró tarjeta amarilla a Orellana y Cabral por parte del Celta mientras que por parte del Real Madrid vieron cartulina amarilla Sergio Ramos e Illarramendi.