Doble golpe a la línea de flotación del Academia Octavio en su pelea por disputar la promoción de ascenso. A la derrota propia en Zarautz se une el triunfo del Sinfín sobre el Barcelona, que deja a los académicos fuera de la zona privilegiada a dos jornadas de que concluya la campaña.

Amenabar y Academia Octavio, quinto contra sexto separados por dos puntos, ofrecieron un partido mucho más desigualado de lo que se preveía y también menos interesante. Apenas si hubo emoción en un choque que comenzó en cada tiempo con un conjunto local a por todas y un visitante depistado, que quizás pagó el desplazamiento en furgoneta a Zarautz, donde llegó poco antes del inicio.

Los locales casi desarbolaron por completo a los visitantes en el comienzo y les endosaron un parcial inicial doloroso de 6-1, incluido un primer tiempo muerto del banquillo que tardó en producir su efecto. La presionante 6.0 vasca asfixió la salida de balón gallega, que tuvo enormes dificultades en las transiciones, siempre farragosas o demasiado largas, y además propició numerosos errores incluso en el pase propiciando también goles rápidos y fáciles al contragolpe. Además, la portería local tenía sus momentos de gloria, por lo que cumplido el minuto diez de partido la diferencia era mayor (11-4) y Dani Hernández había sido descalificado poco antes.

El choque se calentó, los colegiados barrieron para casa y dos exclusiones casi consecutivas de Moledo y Manu Martínez, pese a ser bien resueltas por el grupo en un primer momento, no hicieron sino añadir más leña al fuego (18-10). Entonces Quique Domínguez pidió otro tiempo muerto y puso en orden sus pensamientos, el equipo se conjuró y para asombro del Municipal de Zarautz dio la vuelta al partido. No del todo, principalmente porque no había tiempo, pero sí lo suficiente como para cambiarle la cara a todos los presentes (20-17). Los académicos volvían a pelear por el resultado.

Sin embargo, en la segunda parte nuevamente los locales comenzaron mucho más concentrados. Los visitantes volvieron a caer en errores pasados y pese a los intentos de su entrenador por frenar la deriva, el equipo fue cediendo poco a poco ventaja hasta prácticamente entregar el partido al cuarto de hora de este periodo (29-21).

De ahí a la conclusión poco más se vio, porque ninguno de los dos quiso arriesgar en exceso en un final de temporada que se está haciendo largo a los dos. El Octavio, con 31 puntos, se jugará la última plaza de la promoción con el Sinfín (33, average favorable a los vigueses), que ayer derrotó al líder Barcelona B (33-31), y con el Barakaldo (30), que visitará As Travesas el próximo fin de semana. El Octavio cerrará después la fase regular en Chapela. El Sinfín juega en casa del Pozoblanco, que pelea por la permanencia, y acabará en su propio feudo ante el Zamora, que también peleará por el ascenso.