El Barcelona ganó ayer al Rhein-Neckar Löwen (31-24) en el partido de vuelta de los cuartos de final de la Liga de Campeones y llevó a cabo la remontada, la gesta, que era necesaria para ir a la 'Final Four' de Colonia, para la que ha conseguido el billete gracias a igualar la diferencia contraria de la ida y por haber marcado más goles a domicilio, en una noche mágica en el Palau en que llegaron a ganar por nueve goles.

Sufrieron y mucho los blaugranas para ganarse, con sudor y casi lágrimas, el pase a la final a cuatro de esta EHF Champions League. Liderados por Karabatic, autor de 7 goles, y con todo el equipo con una fe casi inquebrantable empezando por el primero y hasta el último, los blaugranas llegaron a ganar de 9 (31-22) y a disponer de hasta tiempo para matar el partido, aunque al final tuvieron que pedir la hora.

Y es que no se rindió nunca el conjunto alemán, que no pudo no obstante retener la renta de la ida. Contaban con un Palau en contra, con un rival que atesora calidad infinita, pero no sabían del todo lo que era vivir en carne propia la magia del Palau, la que ayuda al Barça a remontar partidos que parecen utópicos. Al final, pese a que el Rhein-Neckar tuvo 3 segundos para perder solo de 6 e ir a Colonia, Sterbik no dudó y puso la guindilla a su actuación, que fue una de las claves del choque. El 38-31 de la ida, malo, se quedó en susto. Con este 31-24, los de Pascual lucharán por resarcirse de la derrota en la última final de la 'Champions'.