- ¿Cómo llega a la carrera del domingo en Londres?

- Estoy bien, con ganas de correr. La Azkoitia Azpeitia fue una buena prueba. Me tocó un día un poco extraño; fue una odisea porque tuve que ir a Portugal a hacer unas fotos para la firma que me patrocina, perdí aviones y al final hice un crono de 1:03 que te da confianza para Londres, porque si en esas condiciones salió así es que estoy bien.

- ¿Se atreve entonces a aventurar qué marca puede firmar el domingo?

- Es muy complicado. En otras pruebas es más fácil hacerse una idea de una marca. Además he cambiado mucho mi preparación, opté por no doblar sesiones en un día. Decidí prolongar, eso sí, los kilómetros en cada sesión y aumentar la calidad y la intensidad de los entrenamientos, por lo que también todo es un poco una incógnita. Hago menos kilómetros y la duda es saber si es suficiente para completar un maratón a un ritmo elevado.

- El nivel de la carrera exige llegar en un estado soberbio.

- La élite en esta carrera es espectacular, pero eso es cara y cruz. Estamos hablando de que están cinco atletas que han hecho récord del mundo, estarán también el campeón olímpico, el campeón del mundo, el ganador de Nueva York, el de Boston, el de Berlín... Hay diez atletas que han bajado de 2:05. El problema es que te puedas quedar solo y tengas que afrontar toda la carrera en solitario. Realmente no me planteo qué marca voy a hacer. Me ronda por la cabeza 2:12 o 2:13, por ahí puedo estar seguro, pero hace dos años estaba como una moto en París y ese día hizo viento y lluvia y me quedé en 2:14.

- ¿Y está mejor ahora que cuando fue a París?

- Estoy mejor. Al menos he hecho entrenamientos más rápidos. Me falta hacer dobles sesiones, pero he acumulado un volumen de kilómetros cuanto menos digno.

- ¿A qué se deben tantos cambios en su preparación?

- Viene impuesto por el ritmo de vida que llevo. He vuelto a Santiago, he abierto mi propio negocio, entreno a atletas, me entreno a mí mismo? Este invierno fue muy crudo y me daba cuenta de que podía hacer quince o veinte minutos de trote por la tarde, la cinta y unos ejercicios pero era un trabajo que no asimilaba. Mi cuerpo, en cuanto le metía cuatro o cinco dobles sesiones, no recuperaba. Todo atleta y todo entrenador deben saber hacer al cuerpo trabajar lo que es capaz de asimilar. Si echas más agua a un vaso lleno se va todo por fuera y no te aporta nada más que fatiga.

- ¿Cómo lleva ese doble papel de atleta y entrenador?

- Hace tres añitos que soy mi propio entrenador. Desde el maratón de Berlín de 2011 ya me entreno yo. Es duro exigirse a uno mismo y saber pedirte lo suficiente y no pasarte.

- ¿Le hace especial ilusión correr en Londres?

- Me hace especial ilusión por muchas cosas. Hace unos meses decidí que mis objetivos serían correr los maratones más importantes del mundo y éste lo es. Además, que una organización tan importante como ésta decida apostar por ti, contratarte y pagarte es digno de orgullo. Te llevan a la que se empeñan en denominar el maratón del siglo y la verdad es que, salvo Bekele, que nos maravilló a todos el pasado domingo en París, estarán todos.

- ¿Cuando decidió correr en Londres sabía ya del nivel del cartel de participantes?

- Me imaginaba que si traían a Mo Farah, que por lo menos cinco gallos habría, al final van a estar otros muchos más. Pero es curiosa esta organización, porque han puesto los dorsales por marca. Yo tengo el 19, pero es que Mo Farah tiene el 26, porque a los debutantes no les dan un dorsal preferente. Son muy rigurosos.

- ¿La presencia de tantas figuras condicionará su manera de correr en Londres?

- Es la prueba más compleja. Y no donde siempre vayas a poder plasmar tu estado de forma porque mil cosas escapan a tu control. Yo estoy muy bien, algunos de los entrenamientos que he hecho son de los mejores que he hecho en mi vida, pero mis circunstancias son distintas. Es la magia también de esta prueba, han contratado a los mejores, y cualquier entendido te garantizaría que se va a batir el récord del mundo, pero es posible que no se haga, a pesar de que están los mejores.

- ¿Preparado mentalmente?

- He entrenado durante todo el invierno solo. Mentalmente me veo fuerte, pero al correr 42 kilómetros solo, sin darte cuenta, algún kilómetro se te va de ritmo y es muy difícil volver a recuperarlo. En principio iba a venir Rui Silva pero al final no estará por lesión. Parece que Pedro Silva sí. Es un atleta con una marca parecida a la mía y habrá que buscar aliados.

- ¿El maratón es su prueba favorita?

- Para mí el maratón lo tiene todo. Es de las pruebas que se puede vivir dignamente. Es en la que más cercana estás a la gente. El domingo en la línea de salida vamos a estar campeones del mundo y olímpicos y atletas populares. En la salida habrá 60.000 personas y esa es la magia y el éxito del maratón. Rompe barreras sociales, de raza, de sexo? Hay que correrla para vivirlo y para sentirlo. He llorado por su culpa, pero creo que lloraré mucho más y reiré mucho más. Espero que este domingo toque un día de fiesta y voy a disfrutarlo al máximo.