Excelente comportamiento de los aficionados célticos que se desplazaron a Vallecas, uno de los estadios en los que el Celta presenta peor bagaje como visitante. No desmayaron nunca en su apoyo pese al doloroso marcador e incluso con el 3-0, cuando ya puntuar se había convertido en un objetivo imposible, siguieron animando a los jugadores de Luis Enrique con sus cánticos.

Al cierre de esta edición no se habían producido incidentes o al menos no se tenía noticia de ellos. Varios hinchas gallegos señalaron en las redes sociales que efectivos de la policía se incautaron de banderas nacionalistas porque entendían que podían incitar a la violencia. También confiscaron alguno de los bombos y emplazaron a los que quisieran recuperar estos objetos a que acudiesen a comisaría a por ellos.

La fiesta céltica, aunque frustrada a la postre, comenzó durante el día en la sede de la peña Morriña Celeste. Otro colectivo capitalino, la Peña Celtista de Madrid, nombró socio de honor a Abel Caballero. El alcalde acudió a una comida en la que también estuvo el cantante Alberto Comesaña.