Posiblemente haya sido uno de los regalos por el Día de Padre. La iniciativa lanzada por el Celta en los últimos días ha vuelto a ser un éxito. El celtismo ha despachado ya cerca de 1.500 localidades de las taquillas de Balaídos. El club vigués ha informado en una nota que las gradas de Río Bajo, Gol y Marcador están a punto de completar su aforo. A esta oferta todavía la quedan dos días, dos jornadas en las que el coliseo vigués podría colgar el cartel de "no hay billetes".

El partido es clave. El Celta quiere mejorar sus registros como local. Ante el Atlético de Madrid encajó su primera derrota del 2014, pero lo cierto es que de Balaídos han escapado vivos rivales directos en la lucha por la salvación como Getafe, Osasuna o Rayo Vallecano. Esas estadísticas pertenecen de momento al pasado. Han sido neutralizadas gracias a los brillantes resultados cosechados a domicilio. Ahora es el momento de dar el penúltimo paso. El celtismo lo sabe y comienza a jugar su partido. El primer paso es llenar Balaídos. El otro está programado para las 19:00 horas del viernes. La afición se ha movilizado en las redes sociales para recibir al equipo que dirige Luis Enrique en Manuel de Castro.

Se espera un ambiente espectacular. La plantilla ha demostrado que no se relaja. No da la permanencia por conseguida. El celtismo, por su parte, tampoco quiere saborear el caramelo. Los tres puntos del viernes se antojan determinantes. No sólo para mantener el "colchón" con el descenso, sino para dejar esa frontera virtual de los 42 puntos a dos triunfos. La afición quiere dar otro paso, otro empujón hacia esa continuidad en la élite del fútbol español.