La tradicional expectación por el arranque de la temporada de pesca fluvial fue a menos en la jornada de ayer, con una participación bastante más baja que en años anteriores, según pudieron constatar expertos pescadores durante la apertura de la campaña de la trucha, reacia a dejarse ver en la mayoría de ríos, cotos y embalses, tratando de resistirse al destino.

"Se han apreciado muchos menos pescadores que otros años, la crisis atiza y son muchos gastos", destaca Miguel Piñeiro, que se desplazó en esta ocasión hasta Lugo. Comentando la apertura de la temporada con varios compañeros repartidos por toda la geografía gallega, saca una conclusión clara: "Ha habido muy pocas capturas, ua situación propia de un inicio de temporada".

Una de las causas del escaso botín pudo ser la oscilación térmica que se registró en Galicia durante el día de ayer, con mucho frío en la salida del sol, con temperaturas que marcaban los dos grados en muchos puntos, y una sensación agradable conforme se iba acercando el mediodía, llegando a alcanzar los veinte grados.

"Las aguas estaban muy frías y las oscilaciones son muy malas, eso lo aprovecha la trucha para quedarse muy abajo, metida en el fondo del río", comenta Piñeiro.

Las buenas sensaciones tampoco acompañaron al delegado de la Federación Gallega en Pontevedra, Manuel González, que se desplazó hasta Cotobade para probar suerte con un grupo de amigos. Todos ellos se volvieron tal y como llegaron, de vacío, "el peor inicio" que recuerda. Y es que las continuas lluvias sufridas en invierno han llenado los ríos, con un caudal muy alto y las aguas cristalinas, algo que permite a las truchas adelantarse a los movimientos de los pescadores.

Dentro de las malas sensaciones generales, Piñeiro explica que los pescadores que acudieron a embalses o regatos salieron algo más beneficiados que los que se desplazaron a zonas más abiertas, que registraron menos cantidad de truchas, que con toda el agua caída durante el invierno, prefirieron concentrarse en áreas más acotadas, lo que causó buenos momentos en algunos embalses de la zona de Ordes.

Asimismo, las truchas fueron más proclives a la miñoca que a la mosca, para decepción de Manuel González, que prefiere ser optimista para las próximas jornadas. "Hay malas sensaciones pero no quiere decir nada, esperemos que sea solo un día", remata.