Cuando en la primera parte haces bien los deberes, en la segunda vives de rentas. Esto fue lo que le sucedió al Construcciones Castro Chapela, que jugó una primera parte magistral que le permitió ganar el partido. Nada tenía que ver el Pozoblanco con el equipo que visitó Chapela en la Copa del Rey. Tan solo con diez jugadores se presentó el equipo andaluz en la pista del Chapela y es que las lesiones están mermando al conjunto, sobre todo la lesión de Requena.

A pesar de lo que se están jugando, el pabellón no registro la misma entrada de otras ocasiones pero el poco público que asistió estuvo en todo momento animando.

Volvía Nando a pisar el terreno de juego después de cuatro partidos sin poder por la lesión de pubalgia sufrida hace un mes. Se notó que tenía hambre porque los cinco primeros goles fueron suyos y acabó el partido con ocho a pesar de solo jugar la primera parte porque la segunda parte no la disputó al resentirse de la lesión.

Todos los jugadores que saltaron a la cancha lo hicieron a sabiendas de lo que se jugaban y lo demostraron en la primera parte llegando a tener una ventaja de siete goles. Incluso hubo un momento que estaban jugando con cuatro de campo, tras las exclusiones de Vidal y Casal, y la diferencia en el marcador no se notó. Se llegó al descanso con victoria (19-13).

En la segunda parte, todo cambió. El equipo andaluz, a pesar de estar con pocos efectivos, se dedicó a correr al contraataque y con un Agustín enchufado de cara a portería consiguieron acercarse a dos goles (23-21 minuto 39). Fran Teixeira tuvo que pedir un tiempo muerto para frenar al rival y cinco minutos mas tarde volvían a ponerse de cuatro 30-26. El entrenador andaluz ordenó a sus jugadores hacer una defensa mixta a todo el campo pero tampoco tuvo resultado y el Construcciones Castro Chapela consiguió vencer en su primera final de las ocho que le esperan de cara a la permanencia.