Una hora aguantó el Celta ante un Atlético de Madrid intenso y voraz, que encontró en David Villa al sustituto perfecto para Diego Costa, ausente en Balaídos por sanción. El asturiano aprovechó el agujero que los de Luis Enrique tuvieron ayer en la banda izquierda para superar en dos ocasiones a Yoel, en apenas un par de minutos. Ahí se acabó el partido para los célticos, que se quedan traspuestos y en una situación más delicada en la clasificación: a cuatro puntos de los puestos de descenso. Mientras tuvo vida, el conjunto gallego plantó cara al líder provisional de Primera División, aunque con escasas apariciones en ataque. Sin Rafinha, no le dio al Celta con el buen juego que mostró por momentos para superar a uno de los grandes de la Liga.

regreso de oubiña

Cuatro cambios introdujo Luis Enrique en el once con respecto al partido de Elche. Regresó el capitán, Borja Oubiña, tras un nuevo paso por el banquillo. Afronta un momento dubitativo el vigués, que ayer estuvo arropado en el mediocentro por Álex, que volvía tras cumplir sanción, y por Kroh-Dehli. Nolito, también recuperó la titularidad después del castigo por tarjetas, así como Charles, superados sus problemas físicos. El Celta entró con tensión al partido, a pesar de que el rival presionaba muy arriba y cedía pocas líneas de pase. La batalla en el centro del campo fue intensa desde el inicio.

Anda izquierda

Nolito ocupó el costado izquierdo, por donde se movían Álex y Jony. Por esa banda encontró espacios el Atlético para atacar y por ahí se decidió el partido. Desde esa banda, Raúl García vio adelantado a Yoel e intentó embocar desde cuarenta metros. El balón salió rozando el larguero. El navarro es ahora mismo una de las piezas claves de Simeone. Después fue Koke desde la línea de fondo quien tuvo otra buena ocasión, pero Yoel acertó en el despeje. Los rojiblancos atacaban por ahí porque en el otro lateral no había forma de superar a Hugo Mallo, que recibía ayudas constantes de Krohn-Dehli y de Orellana.

Zona de tiro

En el resto del campo, el Celta superaba en muchas ocasiones al Atlético, tocando la pelota con velocidad y no renunciando a salir con ella controlada, a pesar de los riesgos que entrañaban las pérdidas. Sin embargo, el Atlético, el equipo que menos goles encajas en la Liga (21 tantos en contra) impermeabilizó el área de Courtois y sólo permitió lanzamientos lejanos y contadas llegadas. Probaron Oubiña y Alex desde la distancia. El guardameta belga sí tuvo que salir a los pies de Charles para despejar a córner. El brasileño culminaba así una buena combinación, con último pase de Mallo. Sin Rafinha, lesionado, faltaba profundidad para inquietar al Atlético.

ausencias

La ausencia del brasileño penalizó en exceso al Celta. Más que al Atlético de Madrid las suyas. Se presentó el equipo madrileño sin los sancionados Diego Costa, Godín y Arda Turan. El aspirante al título, sin embargo, posee un fondo de armario suficiente para ser competitivo, tanto en la Liga como en la Champions, torneos en los que sigue aspirando al título.

resurgir de villa

En la segunda parte, al Celta le faltó frescura para seguir manteniendo a raya a los rojiblancos y buscar una ocasión para superar a Courtois. El desgaste había sido grande en la primera mitad. La vida le duró una hora al equipo de Luis Enrique. Jony se vio acorralado por dos rivales, falló en la cesión atrás y Villa marcaba un gol para reivindicarse. El asturiano es suplente con Simeone y seguramente se pierda el Mundial de Brasil. Ayer estuvo como en su mejores tiempos, contundente y preciso, y a los dos minutos volvió a marcar al aprovechar un despiste defensivo de los célticos.

Racha interrumpida

El delantero asturiano había acabado con las ilusiones del Celta para sumar la séptima jornada sin perder en casa. Desde principios de noviembre no caían los de Luis Enrique en Balaídos. Fue otro equipo madrileño, el Rayo Vallecano, quien se llevó los tres puntos entonces. Durante cuatro meses se mantuvo el Celta sin perder en casa. Ayer le faltaron fuerzas ante un aspirante a títulos importantes este año. Tuvo dos minutos nefastos y lo pagó caro.